‘Fue una cuestión machista e ideológica, la del exgobernador’
TOMADA DE ELDIARIO.MX
¿Para qué nos hacemos?, tu mamá está en la playa con su novio, tomándose una piña colada”, le dijo el entonces gobernador Javier Corral a Lilia Aguilar, cuando acudió a pedirle ayuda para localizar a su madre, Matilde Gil, secuestrada, torturada y asesinada en 2017.
“Fue una cuestión machista e ideológica, asegura la diputada Aguilar Gil, la que llevó a Corral Jurado y al entonces fiscal general, César Peniche, a sepultar el caso en el que siempre fue negada la posibilidad del feminicidio y el secuestro, acusando a la víctima, incluso, de “ser de cascos ligeros”.
Por este crimen, por el que Lilia Aguilar llama asesino a Corral Jurado, existen dos detenidos y sentenciados, pero hay otros dos prófugos a los que la Fiscalía General del Estado prácticamente les permitió huir, lo que dejó en la impunidad un homicidio que, además, fue manipulado hasta en el Servicio Médico Forense, para alterar el diagnóstico sobre las horas de la muerte y la mecánica criminal.
Además, señala, a la familia jamás se le reconoció el carácter de víctima, hasta que el amparo de la justicia federal lo ordenó, mientras que la justicia estatal en todo momento protegió más los derechos de los asesinos, que de los afectados por ellos.
“La omisión también es complicidad. Javier no hizo la búsqueda de mi mamá cuando denunciamos su desaparición por razones ideológicas y políticas”, afirma la legisladora.
Aguilar Gil, en sus redes sociales, llamó asesino al exgobernador Corral, luego de que éste apareciera como parte del equipo de precampaña de la precandidata presidencial de la alianza Morena-partido del Trabajo-partido Verde, Claudia Sheinbaum Pardo.
“Lamento sinceramente que el asesino de mi madre sea presentado en el cuadro de trabajo de la Dra. Sheinbaum”, publicó la legisladora en su cuenta de X (antes Twitter). “Su máscara de hombre demócrata y luchador contra la corrupción ha logrado engañar a muchos. Desafortunadamente, pocos conocer la realidad del estado en que dejó a Chihuahua y su desdén en el trato a las víctimas y a las mujeres”.
Poco después de esa publicación, Lilia Aguilar afirma, en entrevista exclusiva con El Diario previa a una rueda de prensa en el hotel Quallity Inn, que habla con conocimiento de causa por el marcado machismo y violencia contra las mujeres con el que Corral distinguió su administración entre 2016 y 2021.
“Déjense de pedos”, fue, recuerda, otra de las respuestas que recibió de parte del entonces gobernador, luego de denunciar la desaparición de su madre en el mes de abril de 2017.
OTRO CRIMEN IMPUNE DEL CORRALATO
El jueves seis de abril de 2017, el esposo de la maestra Matilde Gil, el entonces diputado Rubén Aguilar Jiménez, también dirigente estatal del Partido del Trabajo, denunció públicamente la desaparición de su pareja, quien no llegó el miércoles previo a su casa.
Previamente, por la madrugada, la familia Aguilar acudió a presentar la denuncia por desaparición después de buscar por cualquier lugar al que hubiera podido irse, sin éxito.
Pese a ser legislador el esposo y los hijos tener relaciones en el sector público, batallaron para que la denuncia fuera tomada en cuenta, por el lapso de 72 horas que deben transcurrir para considerar que existe algún delito detrás de una desaparición.
Después de que el caso se hiciera público, según lo que trascendió de la investigación en su momento, la familia Aguilar recibió llamadas exigiendo un rescate para regresar con vida a la maestra Matilde, quien entonces se hacía cargo de dirigir la escuela preparatoria Genaro Vázquez Rojas.
Su trabajo en la institución educativa, que iba más allá de la educación que priva en el sistema, la legisladora Lilia Aguilar considera que pudo ser la motivación del Gobierno del Estado para no realizar una investigación adecuada, pues todo lo que condujo a las primeras detenciones fue realizado por la propia familia, que no ha descansado desde entonces en la exigencia de justicia.
Cerca de una semana después de la desaparición, la familia recibió de parte de la Unidad Antisecuestros de la Fiscalía General del Estado, la versión de que la maestra Gil se había ido por su propia voluntad, a pesar de los indicios de un plagio que ya tenían los Aguilar.
Fue hasta el 24 de abril de ese año cuando el cadáver de la víctima fue encontrado en el municipio de Aldama, sin que fueran públicos los detalles para, según el comunicado oficial de la FGE de entonces,
reservarlos exclusivamente a la familia.“la madrugada de este lunes (24 de abril de 2017), tras intensa búsqueda y en base a las labores ministeriales, encontraron el cuerpo sin vida de la víctima, quien de acuerdo a las indagatorias, fue privada de la existencia el mismo día en que desapareció (5 de abril)”, estableció la dependencia. “En el desarrollo de la investigación, establecieron que el principal responsable es persona que conoce de muchos años a la víctima, lo que indudablemente aprovechó el presunto homicida. Esta representación social, lamenta profundamente la muerte de la maestra Matilde Gil Herrera y los detalles de la investigación fueron reservados para el conocimiento de sus familiares y a petición de ellos mismos, con el objeto de no entorpecer el curso de la misma”.
TODA LA INVESTIGACIÓN FUE NUESTRA: LILIA AGUILAR
La legisladora Lilia Aguilar, a poco más de seis años y medio de la muerte de su madre Matilde Gil Herrera, revela que hubo manipulación en el crimen y una investigación nula, que nunca quisieron hacer Corral Jurado ni el fiscal Peniche.
“Me dijo abiertamente que no podía hacer la búsqueda porque cómo se vería dándole prioridad a buscar la esposa de un político”, cuenta la diputada, quien insiste en que hubo una motivación política porque el entonces gobernador estaba más ocupado en ejecutar su venganza contra el duartismo y en pelearse con Miguel Osorio Chong (secretario de Gobernación en una parte del sexenio de Enrique Peña Nieto).
Fue ella, su papá, sus hermanos, quienes realizaron la investigación para dar con el paradero de su madre, desde conseguir los videos en Fashion Mall y Liverpool, gracias a un amigo de la familia que trabajaba en la seguridad de la plaza; hasta repartir volantes con la pesquisa de la maestra, que fueron aventados desde una avioneta entre Chihuahua y Aldama.
Fue la familia la que pudo reconstruir, con base en las evidencias que nunca se preocupó la Fiscalía en conseguir, el trayecto que habría seguido la camioneta de su madre, que fue vista por última vez con vida el día cinco de abril cerca de las cuatro y media de la tarde en la plaza comercial.
La legisladora buscó apoyo del mismo presidente Peña Nieto en aquel entonces e incluso con Omar García Harfuch, exaspirante a la candidatura para jefe de Gobierno de la Ciudad de México y allegado a Claudia Sheinbaum, que en 2017 ocupaba el cargo de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la que era la Procuraduría General de la República, hoy FGR.
Otros de sus familiares buscaron pistas en Camargo, de donde era uno de los presuntos asesinos que, además, era como un hijo adoptivo para su madre; en Majalca y en Aldama, hasta tener información de lo que habría sido el destino fatal de la maestra e incluso los primeros dos involucrados, que fueron detenidos, vinculados a proceso y enjuiciados posteriormente.
En cambio, la Fiscalía del Estado dirigió sus esfuerzos a construir una versión oficial no acorde con la verdad, pues pretendió forzar el caso para establecer la fecha de la muerte el mismo día que desapareció, además de que negó, por órdenes de Corral, reconocer el delito de secuestro o el de feminicidio, porque supuestamente no había razones para sostenerlo de esa manera.
Aguilar recuerda que entonces, un médico forense que es allegado a su familia le reveló a su hermana que intentaron forzarlo a establecer la fecha de la muerte en la necropsia el mismo cinco de abril, pero que no era cierto, lo que implica que su madre fue mantenida con vida más tiempo después de la privación de su libertad. “Javier Corral le negó la justicia, le negó todo a mi madre, nunca aceptó el secuestro ni el femincidio”, narra la legisladora y recuerda cómo la justicia estatal nunca aceptó el feminicidio porque supuuestamente no había violencia de género, “cuando a mi mamá le quebraron la espalda y los brazos porque se estaba defendiendo”.
Además, señala, durante la administración corralista hasta ocultaron el caso de la estadística oficial, pues jamás apareció el secuestro en los datos que envía la Fiscalía al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Nunca existió el crimen para la autoridad estatal.