Según un comunicado, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, aseguró que “EE.UU. está determinado a evitar que Irán, sus socios y representantes respaldados por Irán se aprovechen de la situación o amplíen el conflicto” recrudecido en los últimos días con los bombardeos de Israel en el Líbano.
Austin destacó que si Irán o sus aliados “usan este momento para atacar al personal o los intereses estadounidenses en la región, EE.UU. tomará toda medida necesaria para defender” a su pueblo.
La nota indica que el Departamento de Defensa va a “reforzar más” sus capacidades de defensa aérea en la región “en los próximos días” y tiene preparadas tropas “adicionales” para desplegarlas por si tiene que responder a “varias contingencias”.
Pese a la tensión en su postura, el Pentágono sostiene que Austin y los líderes de la agencia siguen centrados en “la desescalada a través de la disuasión y la diplomacia“, así como en “la protección de los ciudadanos y fuerzas estadounidenses” y la “defensa de Israel”.
El comunicado se produce después de que el Ejército Israel anunciara que mató a más de una veintena de miembros del grupo político y miliciano Hezbolá en el bombardeo masivo en Beirut del viernes en el que también asesinaron a su máximo líder, Hasán Nasrala, y al comandante del frente sur, Ali Karaki.
En el ataque también fue asesinado un general de la Guardia Revolucionaria iraní, Abbas Nilforushan, una muerte que el ministro de Exteriores de ese país, Abás Araqchí, dijo que “nunca quedará sin respuesta”.
En las últimas dos semanas, Israel ha lanzado una serie de ataques sin precedente contra los principales bastiones de Hezbolá que dejan ya más de un millar de muertos, 6 mil heridos y alrededor de un millón de desplazados internos, según datos oficiales.