De acuerdo con una información que adelantó El País y confirmó EFE, el Ministerio de Exteriores convocó el martes al embajador mexicano para trasladarle “una nota verbal” (conducto normal de comunicación escrita entre las embajadas y el Ministerio de Exteriores), en la que manifestaba su queja por no haber invitado al rey a la ceremonia.
Paralelamente, el embajador español en la capital mexicana acudía a la Cancillería para entregar en persona esta protesta.
El Ejecutivo, que decidió no participar en la ceremonia de traspaso de poder, manifestó con estas “notas verbales” su queja formal por un hecho sin precedentes en la relación que España y la Corona han tenido con los países de América Latina y en la representación del monarca en las tomas de posesión de los mandatarios.
No habrá, por tanto, ningún miembro del Gobierno en la toma de posesión de Sheinbaum Pardo, aunque sí habrá representación de Sumar, su socio en el Ejecutivo, lo que no ha gustado a los socialistas españoles.
Sheinbaum Pardo justificó la exclusión de Felipe VI de su investidura por la falta de respuesta a una carta, enviada en 2019, en la que el actual mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pedía que el monarca se disculpara por los “atropellos” de la conquista.