Podían verse ladrillos destrozados tras las puertas cerradas de la institución, a la que no se permitió el ingreso de los medios, y había charcos de sangre en las inmediaciones.Horas después de los ataques, el olor a humo se había propagado en la ciudad. Los caminos estaban cubiertos de vidrios rotos de las ventanas destruidas.El gobernador de Poltava, Filip Pronin, anunció la cifra de muertos en Telegram y dijo que 219 personas habían resultado heridas. Hasta 18 personas podrían estar enterradas bajo los escombros, señaló.Diez edificios residenciales resultaron dañados, y más de 150 personas han donado sangre, dijo Pronin.