EMPLEO EN CONDICIONES PRECARIAS REGISTRA SU NIVEL MÁS BAJO

Los movimientos del mercado laboral y los ajustes en el salario mínimo han impulsado una recuperación en la calidad del empleo. Al comparar con salarios equivalentes, la tasa de condiciones críticas de ocupación (TCCO) fue de 30.3% durante el tercer trimestre del 2023, el mejor nivel desde 2011.


De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la TCCO considera a la población que trabaja menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, a los que laboran más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y a quienes trabajan más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.

En el tercer trimestre del año, la población con un empleo en condiciones críticas fue de 17.9 millones de personas, con lo que la TCCO se ubicó en 30.3%, lo que representa una disminución de 0.6 puntos porcentuales respecto al trimestre previo.
Con este resultado, la TCCO calculada con salarios mínimos equivalentes, hiló cuatro trimestres con reducciones. En un año, el indicador tuvo una disminución de 0.8 puntos porcentuales.

En el segundo trimestre del 2020, el de mayor afectación en el mercado laboral por la pandemia de Covid-19, la población trabajadora en condiciones críticas llegó al 37.2 por ciento. Aunque la proporción más alta en la última década se observó en el cuarto trimestre del 2015, cuando fue de 39.9 por ciento.
Entre 2018 y 2023, los incrementos al salario mínimo han tenido una incidencia en la reducción de la precariedad laboral, según los datos reportados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En ese período, la proporción que gana menos de un referente mínimo se redujo de 39.6 a 33.5%, según el cálculo con salarios equivalentes.

A medida que se ha reducido la población en los perfiles salariales más bajos, en los rangos más altos ha crecido la proporción de personas ocupadas. Entre 2018 y 2023 la cifra de personas ocupadas que perciben entre uno y dos salarios mínimos pasó de 28.7 a 33.5%; la fuerza laboral con ingresos de entre dos y tres salarios mínimos, por su parte, creció de 7.2 a 9.0 por ciento.

De acuerdo con una investigación de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) los incrementos en la referencia salarial no han tenido un impacto significativo en el nivel de empleo, pero sí en el ingreso laboral, el cual ha crecido 21.3% exclusivamente por los aumentos acumulados al salario mínimo entre 2018 y 2023.
¿Qué son los salarios equivalentes?

Los salarios mínimos equivalentes son un indicador creador por el Inegi para comparar este referente en el tiempo y evitar distorsiones. El actual gobierno puso en marcha desde finales de 2018 una política de recuperación salarial que ha dado como resultado cinco incrementos históricos en el mínimo.
Desde entonces, el valor del salario mínimo ha pasado de 88 a 207 pesos diarios, por lo que dejó de ser comparable en el tiempo para algunos indicadores. Una de las mediciones que se distorsionaron con los incrementos de dos dígitos al salario mínimo fue precisamente la tasa de condiciones críticas de ocupación.

A raíz de los aumentos históricos del referente salarial, al realizar el comparativo anual, la TCCO abarcaba cada vez a más personas, es decir, a quienes su situación laboral había empeorado. Sin embargo, esto ocurría porque al elevarse la referencia, más personas se registraban en un rango de ingreso más bajo que el que tenían un año antes.
“El salario mínimo equivalente es el valor en pesos para adquirir la misma cantidad de bienes y servicios que se compraban con el salario mínimo diario del periodo base… Busca corregir el sesgo en la comparabilidad de la información estadística clasificada en términos de salarios mínimos nominales, tomando como referencia el salario mínimo de un periodo base, actualizado con el nivel general de precios”, precisa el Inegi dentro de una nota técnica de esta medición.

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