La Conversión de Energía Térmica Oceánica (OTEC) es una tecnología prometedora y emergente que busca aprovechar la diferencia de temperatura entre las aguas superficiales y profundas de los océanos para generar energía eléctrica. Este concepto no es nuevo: se desarrolló por primera vez en la década de 1880, y el primer modelo de demostración se construyó en 1926. Las plantas piloto actuales operan en Japón y Hawái.
El principio de OTEC se basa en la diferencia de temperatura entre las aguas cálidas de la superficie y las frías profundidades oceánicas, especialmente notable en los trópicos. Esta diferencia de temperatura se utiliza para calentar un fluido (como el amoníaco o el agua) que, al evaporarse, impulsa una turbina, generando electricidad. La eficiencia de estos sistemas varía entre el 1% y el 7%, y se considera una tecnología emergente.
Las aplicaciones potenciales de OTEC van más allá de la simple generación de energía. Incluyen el desarrollo de sistemas de aire acondicionado, granjas agrícolas, piscifactorías, producción de agua dulce desalada, extracción de minerales y combate al cambio climático. A pesar de su enorme potencial, la mayoría de las instalaciones de OTEC se encuentran en fase experimental o de proyecto. Sin embargo, el interés en esta tecnología ha resurgido debido a los crecientes costos de los combustibles fósiles y el interés en las energías ecológicas.
Los desafíos de OTEC incluyen la necesidad de grandes inversiones financieras, mantenimiento complejo debido a la corrosión y materia orgánica, riesgos de alteración de las condiciones oceánicas y posibles impactos en la pesca y la explotación minera. Además, existe el desafío logístico de ubicar estas plantas en zonas tropicales de alta mar, lejos de los consumidores, lo que podría generar conflictos legales sobre su propiedad y explotación. No obstante, los defensores de OTEC sostienen que estos desafíos pueden superarse a medida que avance el desarrollo tecnológico y aumenten los precios de los combustibles fósiles.
Históricamente, el interés en OTEC ha fluctuado. Por ejemplo, la Tokyo Electric Power Company construyó una planta OTEC en la isla de Nauru en 1981, y el Laboratorio de Energía Natural de Hawái ha sido un actor clave en el desarrollo de la tecnología. Sin embargo, muchos proyectos han enfrentado dificultades debido a la falta de financiación o condiciones meteorológicas adversas.
En resumen, OTEC representa una fuente de energía renovable con un gran potencial, especialmente para regiones insulares y tropicales, pero aún enfrenta desafíos técnicos, económicos y ambientales significativos que deben superarse para su implementación a gran escala.