El país cuenta, además, con un prodigio de los cohetes. Se trata de Yan Hongsen, un niño de 11 años que lleva involucrado en el mundo de espacio desde hace varios años y que está cerca de poner a prueba un segundo sistema de lanzamiento construido por él mismo.
China, orgullosa de ‘El niño cohete’
Como cuentan nuestros compañeros de Genbeta, el interés del pequeño por los cohetes comenzó cuando tenía cuatro años. En ese momento su padre lo llevó a presenciar un lanzamiento y Hongsen quedó realmente impresionado. Había surgido una pasión auténtica.
En los años posteriores, Hongsen aprendió varios conceptos de programación, física y química. Sus conocimientos eran tales que, según cuenta su padre, encontró errores en una animación de demostración de un cohete Long March en una feria de ciencia.
Los creadores de la animación confundieron el Long March 5 con el Long March 3. Además, había discrepancias en la separación del cohete y el acoplamiento a la estación espacial. Todo esto fue detectado por el pequeño y corregido más tarde.
Sina.com cuenta que el niño comenzó experimentar cómo construir cohetes a los ocho años. Más tarde construyó su primer cohete funcional. Para ello diseñó sus propias placas de circuitos impresos, elaboró un código de más de 600 líneas y diseñó y construyó piezas a base de productos reciclados.
Después de 10 meses de trabajo, Hongsen lanzó su primer cohete desde un espacio abierto situado en la escuela que le brindó su apoyo durante todo el proceso. Pese a que el sistema de lanzamiento “alcanzó una gran altitud” tuvo un inconveniente.
El paracaídas no se abrió, por lo que el cohete acabó destruido. ‘El niño cohete, que es como le llaman algunos, ya está trabajando en su segunda creación. Para ello, además de la tarea escolar, sigue estudiando todo lo que puede sobre cohetes espaciales.