Butch Wilmore y Suni William pasarán más tiempo del esperado inicialmente en el espacio. La nave Starliner, con la que llegaron a la Estación Espacial Internacional (ISS) el pasado 6 de junio, continuará acoplada al laboratorio orbital por tiempo indefinido. Esto no implica que este vehículo espacial vaya a quedarse allí para siempre, sino que tanto Boeing como la NASA han decidido ajustar sus planes para llevar a cabo una serie verificaciones adicionales.
La noticia ha sido dada a conocer en una rueda de prensa celebrada el pasado viernes donde los responsables de la misión han señalado que la tripulación no está varada en el espacio y que la cápsula es segura. Steve Stich, responsable del Commercial Crew Program de la NASA, dijo que la Starliner está disponible y que puede volver a la Tierra en casos de emergencia, pero están considerando extender su regreso más allá del límite de 45 días establecido inicialmente.
Más tiempo para estudiar los fallos de la Starliner
Como hemos visto a lo largo de las últimas semanas, la primera misión tripulada de la Starliner no ha estado exenta de problemas. Boeing decidió lanzar la nave a bordo de un cohete Atlas V con unas pequeñas fugas de helio, problema que se intensificó después del despegue. Pese a ello, la Starliner pudo acoplarse a la ISS y los astronautas que iban a bordo llegaron a salvo al laboratorio orbital con la intención de permanecer allí alrededor de una semana.
Y aquello no pudo ser. A principio se anunció que la nave regresaría el 26 de junio, pero después la agencia espacial estadounidense canceló este plan sin una fecha clara en el horizonte. La razón detrás de este retraso no es otra que aprovechar al máximo la nave en el estado en el que se encuentra para estudiar todos sus fallos con inspecciones en el espacio y paralelamente con pruebas terrestres en las instalaciones de la NASA, en concreto en el White Sands Test Facility.
La nave CST-100 Starliner acerándose a la ISS el 20 de mayo de 2022
Uno de los temas en los que se han centrado es en la fuga de helio, aunque esto no es un problema para el regreso de la nave, que tiene gas suficiente y un sistema redundante. Además, el circuito se encuentra cerrado mientras que está acoplada a ISS, por lo que no hay filtraciones en este momento. “Hicimos una verificación de fugas el sábado 15 de junio y las tasas de fuga en realidad disminuyeron en todos los colectores, los cinco que tenían fugas”, dijo Stich.
Suni Williams (izquierda), Butch Wilmore (derecha)
Los especialistas también están abocados a analizar el sistema de propulsión, que tuvo fallos durante el primer intento de acoplamiento a la ISS (el segundo acoplamiento fue el exitoso). En este punto se están evaluando las pruebas terrestres realizadas recientemente al tiempo que se trabaja en escenarios de contingencia simulados para garantizar el rendimiento de los sistemas de respaldo de la nave en caso de que estos fueran necesarios durante el regreso de la Starliner.
Como decimos, aunque la nave está en condiciones de regresar, no se ha definido una fecha para el regreso de Wilmore y William. Desde la NASA dicen que una vez que completen todas las pruebas necesarias actualizarán el plan de aterrizaje. “No tenemos una fecha específica hoy”, remarcó Stich. Cabe señalar que todavía no está claro si la agencia extenderá la duración de la misión más allá de 45 días, límite establecido en función de las baterías del módulo de tripulación.
En cualquier caso, la Starliner ha sido diseñada para permanecer mucho más tiempo en el espacio en caso de ser necesario. Ahora bien, una de las preguntas que pueden surgir en medio de este escenario es por qué las pruebas no se realizan con la nave en tierra, cuando aterrice. Esto se debe a que el módulo de servicio de la nave, donde está el sistema de propulsión, no es reutilizable y se pierde durante el reingreso a la Tierra. Cada misión utiliza un módulo de servicio nuevo.