La norma pretendía eliminar “los esfuerzos de cambio de orientación sexual, identidad y expresión de género (ECOSIEG)”, popularmente conocidas como ‘terapias de conversión’ que incluyen prácticas como violaciones colectivas, exorcismos o ritos y que se siguen realizando en Colombia.
“Con esto, el Senado de la República no le cumplió al movimiento LGBTIQ+ y a miles de personas que han unido sus voces para respaldar este proyecto de ley. No es posible que en Colombia sigamos permitiendo la tortura como método para reprimir y eliminar la diversidad sexual y de género”, agregó Caribe Afirmativo, quien insistió en el mensaje “Nada que curar”.
No es la primera vez que un proyecto de este tipo se cae, ya sucedió en 2021 y en 2022, cuando propuestas similares fueron radicadas y hundidas en el Congreso.
A pesar de que el proyecto no prosperó, las organizaciones de la sociedad civil insistieron en que seguirán incidiendo hasta “lograr que en Colombia las personas con orientaciones sexuales, identidades y/o expresiones de género diversas puedan vivir sus proyectos de vida en libertad”.
Sin embargo, tendrá que ser en el próximo ciclo legislativo, ya que la actual legislatura acaba este 20 de junio.
Canadá, Brasil, Malta, Alemania, Ecuador y Argentina ya tienen legislación que prohíbe e ilegaliza las ‘terapias de conversión’ que “están acabando con la vida de muchos jóvenes” del colectivo LGTBI.