Los prisioneros de guerra ucranianos, entre los que estaban cuatro civiles, fueron devueltos en varios autobuses que llegaron a la región de Sumy, en el norte del país. Al bajar de las unidades, gritaron de alegría y llamaron a sus familiares para decirles que estaban en casa. Algunos se arrodillaron y besaron el suelo, mientras que otros se envolvieron en banderas amarillas y azules y se abrazaron entre sí, rompiendo en llanto. Muchos de ellos lucían desnutridos y mal vestidos.
El intercambio de un total de 150 prisioneros de guerra fue el cuarto realizado este año, y el 52do desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022. Las autoridades de Emiratos Árabes Unidos dijeron haber ayudado a negociar el más reciente canje.
Ambos bandos se han culpado uno al otro por lo que, dicen, es una ralentización de los intercambios.
En el pasado, Ucrania ha instado a Rusia a canjear “todos por todos” y cada semana se realizan marchas en ese país para exigir la liberación de los prisioneros de guerra. Vitalii Matviienko, un funcionario ucraniano de las oficinas generales que coordinan los intercambios, dijo que “Ucrania siempre está preparada”.
Tatyana Moskalkova, defensora de derechos humanos de Rusia, dijo a principios de esta semana que Kiev hacía “nuevas demandas artificiales”, sin dar más explicaciones.