En este último año del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la administración incurrirá en un déficit de 5.9% del Producto Interno Bruto (PIB) que será el más alto registrado al menos desde el año 2000. El precedente más cercano de un déficit superior a 4% del PIB, lo tenía Enrique Peña Nieto, que en 2014 incurrió en un déficit de 4.54% del PIB.
Pese a haberse mantenido como uno de los gobiernos más prudentes en el manejo de las cuentas fiscales durante la emergencia sanitaria y en la post pandemia, el presidente López Obrador, terminará su gestión con el déficit fiscal más alto de cuatro sexenios. Un desequilibrio que coincide con el año electoral.
Al interior del reporte semestral Fiscal Monitor, los expertos del Fondo destacaron que en años electorales, los gobiernos suelen aplicar un mayor gasto y limitan la fiscalización. De hecho, resaltan que la media de las economías emergentes suele elevar su déficit fiscal en 0.3% del PIB en promedio en un año electoral. Y en 2024, son 88 los países que enfrentarán este ejercicio democrático, lo que impone un riesgo adicional para la consolidación fiscal del globo.
En el sexenio de Felipe Calderón, el mayor déficit presupuestario se alcanzó en el año 2019, el de la Gran recesión, que fue por 4.13% del Producto mientras su predecesor, Vicente Fox, tuvo el déficit más alto en el año 2003, cundo llegó a 2.36% del Producto.
Deuda que crece debajo de la media
En el reporte, lanzado en el marco de las Reuniones de Primavera del FMI que se realizan esta semana en Washington, D.C., resaltaron que en el último año de administración de AMLO, la deuda del gobierno promediará en el equivalente a 55.6% del PIB. Esta proporción es inferior al 58.5% del Producto que representó en 2020, el año de la pandemia.
Esta métrica de deuda incluye las obligaciones del gobierno central, fondos de seguridad social, empresas públicas, bancos de desarrollo, el Fondo Nacional de Infraestructuray la Corporación Nacional de Seguros y Fianzas.
Una proporción que estará lejos de la que en promedio gestionarán los gobiernos de economías emergentes, equivalente a 69.4% del PIB.
Los expertos del Fondo proyectaron que esta misma deuda general del gobierno mexicano se mantendrá en ese nivel, estable, en los próximos dos años, del 2025 al 2026 y que volverá a deslizarse al alza entre a partir del año 2027 para llegar a un máximo de 56.1% del PIB en el año 2029.
Este incremento será básicamente resultado del pago de intereses.
Pero incluso con esta trayectoria ascendente, la deuda del gobierno de México será inferior al promedio que gestionan gobiernos de economías emergentes.
En este momento se está realizando el lanzamiento del último capítulo del Fiscal Monitor que será base de discusión para los 190 miembros del FMI y el Banco Mundial en las Reuniones de Primavera que iniciarán este jueves en Washington D.C.
Sociedades que envejecen
Al interior del capítulo divulgado en el marco de las Reuniones de Primavera del FMI, los expertos del organismo alertaron que la coincidencia de elecciones en 88 países del mundo, incluidos México y Estados Unidos, puede generar presiones al alza en el gasto público.
Estos países que tendrán proceso de elecciones representan más de la mitad de la población y aportan 50% del PIB global, señalaron.
Además de pedir prudencia a los gobiernos que tendrán elecciones, los expertos del FMI solicitaron la eliminación de subsidios a la energía que suelen ser regresivos. Proponen también impulsar reformas para frenar el aumento al gasto.
Y tienen una consideración especial para las economías avanzadas, cuyas poblaciones están envejeciendo. Será importante contener las presiones del gasto en salud y pensiones y aplicar reformas que les otorguen viabilidad financiera.
El documento Fiscal Monitor será base de discusión en las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial, que inician hoy, en Washington, D.C.