El obispo José Guadalupe Torres Campos urgió a mantener la unidad entre juarenses en su mensaje de Misa Solemne de Resurrección ante el cierre de la liturgia de Semana Santa ayer.
“En la medida que hagamos el bien y seamos solidarios y estemos más unidos, veo a Jesús en el hombre y en la sociedad y creo por el testimonio que damos”, comentó ante feligreses que se dieron cita en la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
Esta misa solemne de Domingo de Pascua se caracteriza porque se retoma el canto de Gloria que durante toda la cuaresma se suspendió y el Aleluya, que es canto de la resurrección. En todas las parroquias de la ciudad se celebra la misma misa solemne.
De esta manera llega a su fin la celebración católica de la Semana Santa. Igualmente, a partir de hoy lunes regresa a la normalidad la mayoría de las actividades de la ciudad con operaciones en oficinas gubernamentales, bancos y algunos centros laborales que se tomaron un período vacacional, salvo los estudiantes que todavía tendrán una semana más de asueto.
El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para los católicos, ya que es un hecho histórico por las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles y el descubrimiento del sepulcro vacío. La celebración de la Resurrección de Cristo constituye también la propia liberación del pueblo. Con este acto, se conmemora la derrota al pecado y a la muerte.
En la Misa Solemne de Resurrección, presidida por el obispo se incluyó el otorgar ‘indulgencia plenaria’ en la catedral Nuestra Señora de Guadalupe.
Para obtener la ‘indulgencia plenaria’, ya sea para las pobres almas o para uno mismo, quien trabaja para obtenerla debe estar desapegado de todo pecado. Si el alma no está desprendida, se le aplicará ‘indulgencia parcial’. Recibir la Sagrada Comunión en estado de gracia, así lo explica la Diócesis.
De acuerdo con información de la Diócesis de Ciudad Juárez, en esta celebración se realiza una misa solemne en la cual el protagonismo se lo lleva el cirio pascual, que simboliza a Cristo resucitado. Algunas iglesias acostumbran a llevar a cabo una procesión llamada “del encuentro”. Este es un recorrido realizado por dos grupos de personas, donde cada uno de estos transporta, por un lado, a la Virgen María, y por el otro, a Jesús resucitado, simbolizando así el encuentro de madre e hijo.
“En la medida que hagamos el bien y seamos solidarios y estemos más unidos, veo a Jesús en el hombre y en la sociedad y creo por el testimonio que damos”
José Guadalupe Torres Campos
Obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez