Con el objetivo de buscar que esta ciudad se mantenga tranquila, sin homicidios dolosos, el obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos mandó un mensaje a los generadores de violencia y que se dé una tregua.
Estos días santos, son de devoción para la comunidad católica, ya que representan lo que vivió Jesús en sus últimos días en la tierra, es decir, que se aprovechen para reflexionar y lograr esa conversión por la que tanto se pide en rezos y plegarias.
“Queridos hermanos a todos los que generan violencia pues una tregua, pero no de un día, dos, es una definitiva, una paz auténtica, estamos en días santos, que bueno los felicito, pero no basta!”, enfatizó la máxima autoridad eclesiástica en la ciudad.
Este tipo de peticiones se ha hecho en fechas que son muy importantes para los fieles católicos, por ello, los representantes de la Iglesia Católica, harán cuantas veces sea necesario el llamado a los grupos de la delincuencia que mantienen en la estadística roja a Juárez.
“Se deben tomar decisiones radicales, es decir, una tregua de paz es de toda la vida, es de siempre, es cambiar nuestros corazones, nuestras mentes para toda la vida”, agregó Torres Campos.
Ante la complicada dinámica que sigue la ciudad, se hace el llamado a la reflexión, a convertirse y dejar el mal camino, para lograr una ciudad más pacífica tanto para quienes aquí habitan como para visitantes.
“Vienen tiempos mejores de paz, de tranquilidad, de alegría para todos los pueblos, un anuncio que da esperanza y gozo”, ha mencionado en otras ocasiones Torres Campos como parte de las lecturas que se leen durante las eucaristías.
Los fieles han externado seguir en oración continua, para pedir por la tan esperada paz en Juárez, el anhelado freno a la violencia, por la que se ha hecho conocer esta ciudad fronteriza.
Esta Semana Santa y en lo va del año, se ha realizado en varias ocasiones la petición de un cese a la violencia en contra también de las mujeres, ya que desde el año pasado se han incrementado las agresiones y muerte de las féminas.
Otros de los que también han sido víctimas -antes indirectas- y ahora sin que se les tenga contemplaciones son los menores de edad, quienes han perdido la vida en actos con gran congregación de personas y han sido alcanzados por la balas, en ataque masivos.