El presidente estadounidense, Joe Biden, se reunió en San Francisco con la viuda y la hija del fallecido opositor ruso Alexéi Navalni, cuya muerte ha provocado que cientos de rusos se congreguen en vigilias improvisadas, mientras Estados Unidos y otros países señalan al Kremlin como responsable.
La Casa Blanca informó en un comunicado de la reunión, durante la cual Biden expresó sus “sentidas condolencias” a la viuda del opositor, Yulia Navalni, y a su hija, Dasha, por la “terrible pérdida” que supone la muerte de su padre, de 47 años, y considerado la principal voz de oposición contra el presidente ruso, Vladímir Putin.
En la reunión, Biden expresó su “admiración” por el “extraordinario valor” de Navalni y por “su legado de lucha contra la corrupción y por una Rusia libre y democrática en la que el Estado de Derecho se aplique igualmente a todos”.
Asimismo, Biden aprovechó la reunión para explicar a la viuda del opositor, que como la Casa Blanca anunció, Estados Unidos tiene previsto anunciar mañana un “importante” paquete de sanciones sobre Rusia en respuesta a la muerte de Navalni, la “represión” de las autoridades rusas y la “brutal e ilegal” guerra en Ucrania.
La Casa Blanca no ha querido precisar hasta ahora qué sanciones específicamente impondrá Estados Unidos sobre Rusia, país que ha sido objeto de numerosas restricciones económicas tanto por parte de Washington como de la Unión Europea (UE) desde que iniciara la invasión de Ucrania hace casi dos años.
El Gobierno de Biden ha impuesto varias sanciones contra Rusia, incluidas acciones para aislar a los oligarcas cercanos a Putin, sanciones contra el sector energético y la exclusión de bancos rusos del sistema de comunicación interbancario internacional SWIFT, lo que ha aislado aún más a la economía rusa del sistema financiero internacional.
Poco después de que el pasado viernes se hiciera pública la muerte de Navalni, Biden ya advirtió que estaba evaluando “diferentes opciones” para responder a esa pérdida, de la que responsabiliza directamente a Putin.
El presidente estadounidense ya había anticipado en 2021, tras reunirse con Putin en Ginebra, que habría “consecuencias devastadoras” para Rusia si Navalni moría en prisión.
La viuda de Navalni culpa directamente a Putin de ordenar el asesinato de su principal oponente político.