China y Estados Unidos mantuvieron en Bangkok conversaciones calificadas de «francas» y «sustanciales» por Pekín, que se centraron en los sensibles temas de Taiwán y los ataques de los hutíes en Yemen en el Mar Rojo.
El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, hablaron durante una docena de horas repartidas en dos días, dijo el sábado una alta funcionaria de la Casa Blanca.
Precisó que el encuentro debería dar lugar a una llamada «en la primavera» boreal entre los presidentes Xi Jinping y Joe Biden, que se reunieron personalmente en Woodside (California) en noviembre.
China afirmó este sábado que las discusiones fueron «francas y sustanciales».
En el mismo tono, la Casa Blanca afirmó que el encuentro era «parte de los esfuerzos para mantener líneas de comunicación abiertas y gestionar responsablemente la competencia» entre ambas potencias.
Pekín y Washington han mantenido disputas en los últimos años por cuestiones como la tecnología, el comercio, los derechos humanos, el estatus de Taiwán o la soberanía del mar de China Meridional.
Tras un período particularmente tenso a principios de 2023, los dos gobiernos se muestran dispuestos a continuar el diálogo, pero las áreas de fricción persisten.
Estados Unidos espera que China utilice su «influencia» sobre Irán para «detener» los ataques de los hutíes en Yemen, apoyados por Teherán, contra barcos en el Mar Rojo, afirmó la fuente estadounidense, que pidió el anonimato.
«Pekín nos dice que ha planteado el tema a Irán, pero miramos lo que está sucediendo en la realidad y estos ataques parecen continuar», añadió en un diálogo con periodistas.
El asesor de seguridad nacional estadounidense también mencionó durante la reunión con Wang Yi la «profunda preocupación» de Washington por las últimas maniobras de Corea del Norte.
Los estadounidenses desean hablar con el viceministro chino de Asuntos Exteriores, que visitó Corea del Norte, a su regreso.
El tema más delicado sigue siendo Taiwán, la isla que China considera parte de su territorio.
Pekín acusa a Estados Unidos, que no reconoce oficialmente a Taiwán y que no apoya la independencia de la isla, de ser el principal proveedor de armas y el principal apoyo de las autoridades taiwanesas.
«El mayor desafío para las relaciones chino-estadounidenses es el movimiento que defiende la independencia de Taiwán», subrayó Wang Yi a Sullivan, precisó Pekín en su comunicado.
«Estados Unidos debe (…) implementar concretamente su compromiso de no apoyar la independencia de Taiwán y respaldar la reunificación pacífica de China», añadió el ministro.
Las elecciones presidenciales de Taiwán, celebradas en enero, tensaron aún más los lazos entre las dos potencias.
Las autoridades chinas criticaron duramente al presidente electo, Lai Ching-te, de un partido que ha hecho campaña por una separación formal de Taiwán de China continental, mientras que Washington felicitó al pueblo taiwanés.
Sullivan «destacó la importancia de mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán», según el comunicado de prensa de la Casa Blanca.
Durante las conversaciones celebradas el viernes y el sábado, los dos países también reafirmaron su deseo de mantener un diálogo sobre inteligencia artificial en la primavera boreal y saludaron los avances en la cooperación en la lucha contra las drogas.