La obra de ballet cobró vida en el teatro de la UACJ
El escenario del Teatro Gracia Pasquel de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) se llenó de encanto y emotividad la noche de este domingo cuando se presentó la icónica obra de ballet Giselle, un espectáculo que logró reunir a un público de todas las edades, donde la cultura y la solidaridad se encontraron.
La historia de Giselle, un ballet clásico que ha conmovido a generaciones desde su estreno en 1841 en la Ópera de París, transportó a los asistentes a un mundo de amor, traición y redención.
La obra, que nació de la colaboración entre el escritor Théophile Gautier y el compositor Adolphe Adam, cuenta la tragedia de Giselle, una joven campesina que, al descubrir el engaño del noble Albrecht, fallece de desamor.
Su espíritu, sin embargo, encuentra consuelo y trascendencia entre las Wilis, espíritus de novias traicionadas, en una danza que conmueve por su belleza etérea y su profundidad emocional.
La interpretación de Giselle en el teatro dejó a los espectadores asombrados por la calidad artística y el talento de los bailarines, quienes lograron transmitir la esencia de una de las piezas más emblemáticas del ballet romántico.
La coreografía, impregnada de movimientos delicados y expresivos, hizo que el público contuviera la respiración en más de una ocasión, capturando con precisión el espíritu de Gautier y Adam, quienes lograron plasmar en esta historia temas universales que resuenan con fuerza aún hoy.
Un evento con causa
Pero esta velada cultural tuvo un propósito aún más noble: como entrada al evento, la UACJ invitó a los asistentes a donar un juguete no bélico y sin baterías, un acto de generosidad que se convirtió en un valioso aporte al programa Santa Claus Bombero del municipio de Juárez.
Esta iniciativa busca llevar alegría y esperanza a niñas y niños de la región durante la temporada navideña, brindándoles la magia de un regalo con un significado especial.
La noche del domingo no solo fue una celebración del ballet y la cultura, sino también un recordatorio del poder de la comunidad cuando se une con propósito.