SE REUNEN FAMILIAS EN EVENTO ‘ABRAZOS NO MUROS’…

Dos filas de personas que se diferenciaban porque vestían playera morada y playera rosa avanzaron sobre un puente de madera construido sobre el río Bravo, era el segundo grupo de familias del evento “Abrazos No Muros” y luego de verse unos momentos frente a frente, se escuchó un fuerte grito entre sonidos que exclamaba “¡Papá!”.

Era Leslie, quien se reencontraba con su padre José y le tendía los brazos al cuello para abrazarlo con fuerza luego de llevar 12 años separados. Ella aún era una niña la última vez que se vieron, ahora es una joven adulta que vive en la vecina ciudad de El Paso y que pese a estar a unos kilómetros de distancia, su padre no la ha podido visitar por su condición migratoria.

“Muy bonito, algo que no se puede explicar, (le dije) muchas cosas, que la amo, que la quiero mucho, que la extraño, que pronto nos podremos ver más seguido. Por mientras, cinco minutos ya son bastantes”, compartió el señor José al regresar a tierra luego de poder reencontrarse y abrazar a su hija sobre el puente de madera.

La separación de familias debido a las políticas migratorias inspiró hace ocho años el proyecto “Abrazos No Muros” de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR, por sus siglas en ingés), a través del cual miles de personas han logrado reencontrarse con sus seres queridos.

Algunas personas se vieron separadas porque su familia se trasladó a vivir a los Estados Unidos (EU) y su condición de inmigrantes no les permite salir del país para regresar y encontrarse en México, o bien, ellos no cuentan con la facilidad de tramitar los documentos legales para visitar el vecino país del norte.

Sin embargo, otras personas han sido víctimas de las políticas migratorias que aplica la deportación como medida regulatoria, incluso contra quienes ya han vivido y trabajado en EU.

Es el caso del señor Jaime Almaraz, que durante 19 años ha estado separado de sus hijas al haber sido deportado de los Estados Unidos a México; tardaron 17 años en volver a verse y fue gracias al programa de Abrazos No Muros que han podido reencontrarse en dos ocasiones por al menos cinco minutos.

“Vengo a mirar a mis hijas, Nancy y Rubí. Nos fuimos a trabajar a los Estados Unidos, pero a mí me agarró la Migración y me separó de mi familia hace 19 años. Mi estancia por allá fue muy bonita, muy hermosa, muy agradable; pero desagradable cuando me separaron de mi familia, muy triste. Dios me dio muchas fuerzas, mucho valor porque era muy difícil”, compartió el señor Jaime a los micrófonos de Netnoticias, mientras esperaba su turno, acompañado de tres de sus nietos que sí pueden cruzar la frontera.

La esperanza de que pueda existir un mecanismo legal, por el cual se permita a las familias acceder a los permisos para ingresar de un país a otro y no vivir separados, se mantiene en el corazón de muchos que se encuentran en esta situación.

“Me gustaría que hubiera una reforma integral para todos nosotros, los mexicanos para podernos juntar otra vez”, expresó el señor Jaime.

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