Las imágenes de videovigilancia muestran que el fuego se inició bajo el coche, envolviéndolo en menos de un minuto y llenando casi instantáneamente el garaje de un espeso humo. El informe advierte de que los coches eléctricos inundados de agua salada pueden incendiarse, así como señala las precauciones necesarias que hay que tomar.
En concreto, antes de volver a ponerse al volante tras un siniestro, se recomienda en estos casos remolcar el coche hasta un concesionario para que lo inspeccionen. Las autoridades también aconsejan no aparcar los vehículos eléctricos en garajes o espacios cerrados, ni cerca de materiales inflamables.
El huracán Helene, de categoría 4, tocó tierra la noche del jueves justo al este de la desembocadura del río Aucilla, en la región Big Bend, en el estado de Florida, EE.UU., provocando fuertes inundaciones. A continuación, con vientos de más de 220 kilómetros por hora, arrasó Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Tennessee, causando la muerte de al menos 91 personas y dejando sin electricidad a más de dos millones de residentes, según la prensa estadounidense.