El anuncio llega después de más de cuatro años de negociaciones y según informó The Wall Street Journal, las 135 parroquias de la diócesis tendrán que presentar sus propios casos de bancarrota para llevar a cabo el acuerdo negociado.
La diócesis se declaró en bancarrota en Nueva York en octubre de 2020, citando el costo de las demandas presentadas por víctimas infantiles de abuso sexual por parte del clero.
“La mayoría de nuestros clientes tienen entre 60 y 70 años y han estado esperando justicia durante décadas. Estamos sumamente complacidos de haber alcanzado este acuerdo en su nombre”, dijo en un comunicado recogido por medios nacionales Adam Slater, abogado de uno de los bufetes que representa a 100 de los aproximadamente 600 sobrevivientes demandantes en este asunto.
Las demandas recibidas por la iglesia se hicieron en virtud de la Ley de Nueva York sobre Víctimas de Menores, que se promulgó en 2019 y permitía a los supervivientes presentar demandas retroactivas entre agosto de 2019 y agosto de 2021.
Según la facultad de derecho Penn State Law, de Pensilvania, 39 organizaciones religiosas católicas estadounidenses habían solicitado la protección de la quiebra en virtud del capítulo 11 hasta junio de 2024.