Cuestionada a su llegada a la inauguración del Museo Vivo del Muralismo, en Ciudad de México, la futura presidenta negó rotundamente que con este posicionamiento se fracturen las relaciones con el país ibérico.
“No, ¿cómo creen? (que se rompieron las relaciones), pero necesitamos respeto”, afirmó, al asegurar que con el comunicado emitido “es suficiente”.
La polémica se desató después de que Sheinbaum excluyera al rey Felipe VI de la ceremonia de investidura, tras lo cual el Gobierno español anunció que no enviaría a ningún representante a la toma de posesión de Sheinbaum.
Este miércoles la presidenta electa explicó que no extendió la invitación al monarca porque este no respondió a la carta del actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, quien en 2019 pidió oficialmente que España ofrezca una disculpa a los pueblos originarios de México por La Conquista.
“Lamentablemente, dicha misiva no mereció respuesta alguna de forma directa, como hubiera correspondido a la mejor práctica diplomática de las relaciones bilaterales. En cambio, parte de la carta se filtró en medios de comunicación”, aseguró Sheinbaum en dicho comunicado.
La postura de Sheinbaum fue respaldada por López Obrador, quien durante su conferencia matutina pidió a España dejar la “prepotencia y arrogancia” para ofrecer disculpas.
El mandatario criticó además que la monarquía española y el Gobierno de Madrid no solo no se han disculpado, sino que iniciaron una campaña en su contra con líderes de opinión, como el escritor Mario Vargas Llosa, y diversos posicionamientos en la radio y la televisión.
“Yo apoyo a la presidenta electa. Si ella ya tiene una postura la suscribo, la respaldo, porque le tengo mucha confianza a la presidenta electa”, aseguró.
La falta de un representante de España en la investidura de Sheinbaum es un nuevo momento de tensión bilateral desde que López Obrador declaró en febrero de 2022 una “pausa” en las relaciones tras acusar a las empresas españolas de supuestos abusos en México, en particular en el sector energético.