El crustáceo, llamado Clementine, fue capturado y enviado a una tienda de la cadena Stop & Shop a principios de julio. El extraño animal se convirtió en una especie de atracción en la sección de mariscos, al no ser del común color marrón. Medios locales reportan que la rara langosta permaneció casi dos meses en el supermercado, donde fue tratada de forma especial y era alimentada con camarones a diferencia de sus compañeras.
El propietario del lugar primero se dirigió a un acuario de la ciudad para pedirles que acojan al crustáceo, pero se negaron. Luego empezó a buscar una ONG que pudiera hacerse cargo de la langosta. Fue entonces cuando Humane Long Island acudió al lugar para garantizar su liberación segura y devolver a Clementine al mar.
«Conseguimos un gran tanque de agua salada para rehabilitarla, la llevamos al océano e inmediatamente empezó a buscar comida», señaló John Di Leonardo, director ejecutivo de la organización a cargo del rescate. «Estaba lista para irse en cuanto vio el océano». añadió.
El equipo permaneció con Clementine cerca de una hora hasta asegurarse de que se acostumbraba a su nuevo entorno sin correr peligro.
«No deben estar en una olla ni en un acuario estrecho», expresó Di Leonardo al hablar de las langostas, agregando que «son animales salvajes y pertenecen a la naturaleza».