Con globos blancos que fueron al cielo y otros más amarrados a la puerta principal del Conalep II, fue despedido Rafa, el estudiante adolescente que fue hallado sin vida en un dique, justo en el día de su cumpleaños 16, ayer 1 de septiembre.
“¡Adiós, Rafita!”, dijo una mujer adulta, entre lágrimas y que sostenía uno de los tres globos con helio que se llevó el viento del domingo al mediodía, luego de la misa en la parroquia Transfiguración del Señor que le fue dedicada al estudiante.Fue un evento organizado meramente por la sociedad civil que se unió para buscar, reclamar y ayudar durante las más de 37 horas que tomó encontrarlo.
Durante la misa, al menos en cinco ocasiones fue mencionado en las dedicatorias por los fieles difuntos por parte del sacerdote Abraham Fonseca, quien lamentó la muerte.Dijo además que en la celebración previa, de las 10:30 de la mañana, la comunidad también pidió por Rafa, en solidaridad con su familia, que no acudió al evento pues además de que desconocía que se llevaría a cabo, se encontraba realizando los preparativos para su servicio funerario.
La tormenta y el camino a casa
El viernes 30 de agosto de 2024, cerca de las 7:20 de la tarde (cuando el horario de salida es a las 7:40), el plantel II del Conalep Juárez (ubicado en calle Enebro número 5650, en la colonia Ampliación Aeropuerto) dejó salir a sus estudiantes, ante una tormenta que significó una lluvia generalizada que acumuló 20 milímetros en la ciudad, esto último según Protección Civil Estatal.
El adolescente, como otros más, buscaba irse a su casa, pero una corriente en la calle Tapioca, resultado de la acumulación de cauces naturales del agua, llevaron a que esa vialidad se volviera intransitable, hasta para automóviles. Había algunos varados, incluida una camioneta tipo pickup blanca cerca del cruce con la calle Candelilla. Quienes tienen a sus hijos estudiando en el Conalep o en cualquier escuela cercana tuvieron que sortear su llegada entre los arroyos, causando su retraso, como fue el caso de la familia de Rafa.Él decidió empezar el camino a casa, ayudarle a sus tías para que lo recogieran sin pasar riesgo. De acuerdo con una versión en Instagram que se viralizó localmente, de una supuesta testigo directa de lo ocurrido, Rafa quería cruzar y se unió a un grupo de estudiantes del Colegio de Bachilleres número 7 (ubicado en la calle Hiedra, casi cruce con Cártamo).“El niño con el que íbamos (Rafael) no lo conocíamos. Él me preguntó si podía cruzar con nosotros, me tomó de la mano y él me salvó de todas las veces que me caí. Jamás me dejó que me llevara (la corriente) hasta que él se cayó y me suplicó que lo soltara”. “Me prometió salir bien, y lo último que hizo fue sonreírme. Esa linda y última sonrisa jamás la olvidaré. Él me salvó y yo no pude hacer nada por él”, se leía en la historia, borrada poco antes del mediodía del sábado.
Rafael cuidó a la chica –cuyo usuario en redes será reservado por tratarse de una persona menor de 18 años–, y le sonrió, para momentos después golpearse con la camioneta blanca que estaba en Tapioca y Candelilla.Alguien grabó esta parte del hecho, y lo difundió. En el video, se observa cómo alguien que se presumía que era Rafa se golpeó contra la camioneta con la fuerza de la corriente que lo arrastra. Se grabó desde la perspectiva de adolescentes a bordo de un vehículo (se notaba que grababan con un vidrio al frente, en movimiento y resguardados de la lluvia), quienes se reían de la escena. Esto es lo que hizo que quien contó su versión de los hechos aclarara que “no jugábamos; intentábamos volver a nuestro hogar”. No eran risas de quienes estaban aterrorizados por su bienestar, sino de testigos que creyeron hilarante la situación sin saber lo que pasaría después.Se ve luego a Rafa levantando su mano, y luego nada. La corriente de aguas color café siguió, cruzó la avenida Paseo de la Victoria y dio a la entrada de la maquiladora Mahle, cuyas puertas abiertas permitieron el paso del agua. Ahí entró por “unas trampas de rejilla que hay en la maquila, que tienen para absorber el agua y que no les perjudique, pero por la cantidad del agua y que se les azolvaron (llenaron de basura que impedía el flujo) retiraron las trampas para que el agua fluyera”, según relató Sergio Rodríguez, director de Protección Civil Municipal. El cuerpo de Rafa entró a un acanalado de 4×4 metros con columnas interiores de concreto, que da al dique.
La búsqueda
Su intento de localización inició cerca de las 9:30 de la noche, según indicó el otrora jefe de Bomberos, Rodríguez. Pese a que se dijo en algún momento que se detendría debido a la oscuridad, la Dirección General de Protección Civil recalcó que en ningún momento se detuvieron los trabajos. El sábado a las 7:00 de la mañana 20 bomberos, ayudados de tres botes pequeños sin motor, se subían, remaban y se ayudaban con herramientas largas o con sogas y un extremo con peso para buscar en el fondo algún indicio de un cuerpo extraño en el dique, y hasta una pequeña motobomba para desaguar un pozo y acceder al dique.A las 12:15, se localizó un teléfono celular y fue presentado a los familiares, quienes descartaron que fuera de él.Aproximadamente a las 4:30 de la tarde una nueva noticia surgió: habían encontrado una mochila gris flotando. Contenía cuadernos, libros y útiles a nombre de Rafael Antonio Rodríguez Ibarra, informó el Gobierno municipal de Juárez. La familia la reconoció, era de su pequeño.Cerca de las 5:00 de la tarde, personas molestas por un rumor difundido sobre el cese de la búsqueda hasta el lunes fueron hasta el cruce de la Paseo de la Victoria y Tapioca para cerrar el paso a vehículos en todos los sentidos. La comunidad se unió en protesta, lo que causó caos vial y que luego el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, acudiera cerca de las 6:30 de la tarde al sitio a explicar que en ningún momento se ordenó esto, sino que continuarían con la búsqueda sin descanso. “No queremos su mochila, queremos a Rafa”, era una de las consignas durante el bloqueo de manifestantes. Cerca de las 7:30 de la noche, personal de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) acudió con tres motobombas una de bajo flujo y dos de alto flujo, luces artificiales y 16 trabajadores, encargados y coordinadores de distrito de los departamentos de Alcantarillado, Agua Potable y Señalización para apoyar con la búsqueda. Redujeron cerca de 80 centímetros el agua que había en el dique, dirigiendo el flujo al dren 2-A. Entonces, sin descanso, continuaron las labores, y por la mañana del domingo ya eran 25 bomberos, 100 policías municipales que se apoyaron de drones y jet skis, elementos de la Dirección de Limpia, Protección Civil estatal, la JMAS, y sociedad civil organizada que apoyó con víveres a los rescatistas.Rafael Antonio Rodríguez Ibarra fue encontrado a las 8:30 de la mañana, aproximadamente, en una zona profunda del dique entre las calles Vía Natura y Paseo de la Victoria. Su cuerpo estaba al fondo de una de las partes del enorme lago, pero con herramientas especiales los bomberos removieron el fondo y entonces flotó.Lo recuperaron, lo subieron a un bote pequeño y lo cubrieron con una chamarra color tierra de la indumentaria de los bomberos, hasta llegar a una de las orillas, donde el Servicio Médico Forense lo aseguró para llevárselo.La Fiscalía de Distrito Zona Norte informó que la causa de muerte fue identificada como asfixia por sumersión, aún sin un estimado de la hora de su muerte.
Valiente, protector y gracioso, así era Rafa
La adolescente que contó lo que vivió con el niño desconocido que la salvó, dijo que Rafa le sonrió y le dijo que lo soltara, que se pusiera a salvo. Eso fue el adolescente en su corta vida.María, una adolescente que dedicó sus cantos en el coro de 12:30 en la parroquia Transfiguración del Señor a la memoria de Rafa, dijo conocerlo. Se hicieron amigos fuera de la escuela y él la visitaba para platicar y reír.“(Era) chistoso, feliz, alegre, positivo, todo lo mágico, me apoyaba mucho a mí y yo a él. Nos platicábamos cosas. Desde que nos conocimos nos llevamos muy bien”, contó. Rubí, otra adolescente, sí estaba en la misma escuela, y lo llegó a ver dos o tres veces. No lo conocía tanto pero aun así Rafa le proponía acompañarla para que no se fuera sola a casa. “Era muy protector, le gustaba acompañar a los demás para que no estuvieran solos”, dijo, y así era con cualquiera, hombre o mujer.La prima de Rafa lo describió como un adolescente carismático, alegre, aguerrido y “contestón”, un chico hogareño, comunicativo. “No se movía a otro lado. Iba de la casa a la escuela y viceversa. Pedía permiso cuando quería salir. No nos faltaba el contacto con él”, contó. Lo cuidaban sus tías, su abuela, su papá y su prima, su madre falleció años atrás.Desde un inicio fue su tía la que estuvo al pendiente con Protección Civil Municipal para pedir apoyo en la búsqueda de su sobrino, que no se había comunicado a casa y cuya apariencia coincidía con la del chico del video. Ayer, 1 de septiembre, cuando su cuerpo fue puesto a salvo y la burocracia para poder darle sepultura inició, fue su cumpleaños número 16. Cursaba el tercer semestre en el Conalep II. La familia no ha informado sobre los servicios funerarios del adolescente, aunque se precisó que será en una casa funeraria cercana al que fue el hogar de Rafa.