Los millonarios siempre han sido el objetivo preferido para ladrones, timadores y secuestradores, por lo que han mejorado las medidas de protección y privacidad a su alrededor.
No obstante, la pandemia ha desatado nuevos temores sobre el 1% de la población más rica, haciendo que también tomen medidas contra posibles eventos climáticos extremos o eventos apocalípticos. Mark Zuckerberg, por ejemplo, ya tiene su megabunker subterráneo bajo su mansión en Hawái.
Más que refugios, fortalezas
La necesidad de estar preparados para cualquier evento inesperado ha llevado a los multimillonarios a construir sofisticados búnkeres equipados con alta tecnología que no solo son refugios, sino también espacios de entretenimiento de lujo bajo el suelo de sus mansiones. «Hemos visto un mayor enfoque en el entretenimiento. Si vamos a ser capaces de sobrevivir bajo tierra, queremos divertirnos», asegura Al Corbi, fundador de Strategically Armored & Fortified Environments (SAFE) en una entrevista para CNN.
Según el experto, los milmillonarios ya no se conforman con simples refugios subterráneos blindados. Estos búnkeres han evolucionado hacia verdaderas fortalezas subterráneas del siglo XXI, equipadas con alta tecnología y sistemas de defensa impresionantes.
Corbi no bromeaba con su referencia a las fortalezas medievales. En este momento su compañía se encuentra inmersa en la construcción de uno de estos refugios en EEUU. Su fundador asegura que la instalación cuenta con puertas a prueba de explosiones, ventanas irrompibles, sistemas de entrada biométricos y un foso de diez metros de profundidad con un puente giratorio y cañones de agua capaces de derribar helicópteros, drones o cualquier otra amenaza. «Si nos remontamos a la época medieval, un foso es uno de los mayores elementos disuasorios», sentenciaba el directivo.
Además, en caso de amenaza, se despliega una fina película inflamable sobre la superficie del agua que arde para crear un anillo de fuego que rodea la instalación. Para aprovechar la instalación cuando no se encuentra bajo amenaza, su propietario «utilizará el foso como pista para carreras de motos de agua con sus amigos», comentaba Corbi.
Siete dormitorios, piscina y… búnker de lujo
Corbi explica que incluso hace 50 años, sus búnkeres ya parecían hoteles de lujo, pero ahora la exigencia es aún mayor. «Algo así como el Ritz-Carlton, pero subterráneo», bromeaba el directivo.
El empresario asegura que la solicitud de información sobre la construcción de búnkeres de lujo se ha incrementado considerablemente desde que se hizo público que Mark Zuckerberg se estaba construyendo un búnker en su mansión de Hawái, aunque este tipo de instalaciones llevan ya algún tiempo entre los planes de reforma de los millonarios. Según afirmaba Gary Lynch, gerente de la constructora de bunkers Rising S, Bill Gates tiene bunkers de lujo en todas sus casas.
Antes muerta que sencilla
Además de la seguridad, los millonarios también están pidiendo que los búnkeres se decoren con el mismo lujo que las mansiones que los ocultan.
Graham Harris, socio fundador de SHH Architecture and Interior Design en Londres, también confirmaba el incremento en la preocupación de los ultrarricos por asegurar sus casas. Harris aseguraba que, hasta ahora, sus proyectos se limitaban a blindar los baños de las suites de las mansiones con gruesas paredes de hormigón y puertas de seguridad para convertirlas en habitaciones del pánico. «Si alguien derriba la puerta por la noche, podrán entrar, pero no podrán entrar en la habitación, donde la familia está a salvo el tiempo suficiente para que llegue la policía», puntualizaba Al Corbi.
Sin embargo, ahora, estas zonas seguras “han crecido mucho en tamaño y estatura. Hicimos una casa en Highgate [zona residencial de lujo en Londres] donde el cine era en realidad la sala de seguridad con su propio suministro de aire filtrado por separado, puertas seguras, una cocina pequeña y un área completamente equipada que podría mantener a una familia durante más de una semana».
Con jacuzzi y bolera, pero, sobre todo, con quirófano
Como recogía Bloomberg, la pandemia de COVID-19 puso sobre la mesa la posibilidad real de una amenaza sanitaria. Eso ha hecho que los búnkeres de lujo se estén equipando con instrumental digno de los mejores hospitales, con salas de descontaminación, farmacias bien surtidas y hasta quirófanos, asegura Naomi Corbi, esposa de Al y responsable de este nuevo nicho de negocio en la construcción de búnkeres de lujo.
«Si tuviera que gastar un euro en un búnker o en preparación médica, sé lo que haría. Los días en los que podías tirar un simple botiquín de primeros auxilios en un búnker prefabricado y decir que estás a salvo ya han quedado atrás», sentenciaba Corbi.