El museo es parte de un complejo más grande que incluye la sala inmersiva, el recorrido por la casa donde pueden apreciarse los detalles del estilo de vida del cantautor y, para octubre, tendrá una tienda de souvenirs y un restaurante.
“Estamos emocionados por recibir a los fans en este proyecto que ya lleva más de 20 años en desarrollo, desde que se le presentó la primera idea a don Alberto (nombre natal del cantante) en 2005. Él siempre estuvo entusiasmado con la idea de crear un museo en su casa”, indicó en un recorrido Felipe Rojas, curador y director.
El recorrido de dos horas por el complejo comienza en la sala inmersiva, donde se proyectan algunos de los momentos más emotivos de sus conciertos.
Ahí mismo hay una réplica de un camerino, justo como él los pedía para sus presentaciones.
“Él era un ser muy místico, seguía mucho la filosofía oriental, en su camerino siempre tenía frutas, siempre había un extractor de jugos porque tomaba jugos verdes, siempre quemaba clavo antes de sus conciertos para limpiar el ambiente”, describió Leticia Solares, coordinadora de prensa del museo.
Una parte de la pantalla de la sala inmersiva se mueve y descubre un pasadizo a una sala adjunta en el sótano de la casa, donde se exhiben sus vestuarios favoritos, el que usó en el último concierto.
Además, hay carteles de las presentaciones de sus inicios y muchos premios, entre los que figuran Grammys y Heraldos.
El recorrido principal, el de la casa, inicia en el recibidor, rehabilitado con todos los detalles que a él le gustaban de la vivienda construida hace poco más de 80 años.
Los cielos de las habitaciones están decorados con molduras de yeso que incluyen figuras de ángeles y animales míticos.
En una gran pantalla de más de 3 metros de altura se proyectan mensajes de Juan Gabriel para la humanidad, para los jóvenes, para los mexicanos, y los detalles en dorado abundan.