De enero a junio del presente año, la autoridad tributaria ha recaudado 378,173 millones de pesos por auditorías a grandes contribuyentes, cifra que supera lo recaudado en cualquiera de los años anteriores, según datos del SAT.
Sólo para comparar, en todo el 2023, el SAT recaudó por auditorías a este tipo de contribuyentes un total de 258,846 millones de pesos; mientras que en el 2020, cuando se registró el anterior récord, se recaudaron por esta vía un total de 261,451 millones de pesos.
“Como sabemos, en el 2024 el país tiene previsto un déficit fiscal elevado en las finanzas públicas, lo que significa que el gobierno necesita mayores ingresos para pagar todos los gastos y afrontar sus compromisos financieros”, explicó Roberto Colín, integrante de la Comisión Técnica Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México.
De ahí que el SAT ha intensificado en este año las auditorías a grandes contribuyentes, situación que podría repetirse de nuevo el próximo año, primero del sexenio de Claudia Sheinbaum, pues la nueva administración recibirá unas finanzas públicas bastante presionadas, dijo Colín.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) prevé que en el 2024 el déficit fiscal (medido a través de los Requerimientos Financieros del Sector Público) será de 5.9% del PIB, el más alto desde el 2000, según los Pre Criterios Generales de Política Económica 2025.
Para el siguiente año, se plantea que el déficit fiscal se reduzca a 3% del PIB, lo que implicaría un recorte importante en el gasto neto.
Pero más allá de la situación particular en la que se encuentran las finanzas públicas en este 2024, la realidad es que desde un inicio, el gobierno actual ha llevado a cabo una estrategia de fiscalización exhaustiva a los grandes contribuyentes, que son aquellas personas físicas o morales cuyos ingresos superan los 1,250 millones de pesos al año.
“Desde el inicio del sexenio se han estado enfocando en fiscalizar a los grandes contribuyentes y en cobrar adeudos fiscales de ejercicios anteriores”, explicó el integrante del Colegio.
Según Colín, el crecimiento que ha tenido en el 2024 la recaudación a grandes contribuyentes por auditorías igualmente se explica por el hecho de que, conforme han pasado los años, la autoridad cada vez es más eficiente al momento de auditar, pues hay una mejor planeación que ha permitido que los tiempos sean menores y sobre todo que las revisiones no terminen en litigios que pueden tardar años en resolverse.
“Es una estrategia que ha sido eficiente, que le está dando buenos resultados al SAT y que le está generando ingresos tributarios importantes al gobierno”, dijo Colín. “Por ello, veremos que van a seguir por este camino el próximo sexenio”.
No obstante, Juvenal Lobato, profesor de derecho fiscal en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió que esta estrategia puede resultar limitada para la siguiente administración, debido a que en algún punto se terminan los adeudos fiscales del pasado por cobrar, así como los grandes contribuyentes a los cuales revisar.
De acuerdo con cifras del SAT, en el país hay 14,988 grandes contribuyentes, los cuales representan apenas 0.2% de todos los contribuyentes que hay en el país; no obstante, éstas casi 15,000 personas físicas y morales aportan poco más de la mitad de los impuestos que se recaudan en México.
El presidente López Obrador reveló la semana anterior que hay 13 grandes contribuyentes que tienen adeudos fiscales por 130,000 millones de pesos, pero cuyos casos han estado en litigio en los tribunales durante meses.
Entre las empresas con adeudos fiscales exhibidas por el mandatario (cuyos nombres no fueron revelados), hay del sector transporte aéreo, de alimentos, refresquero, petrolero, gasolinero, cementero, y hasta una chatarrera y un equipo de futbol.
¿Qué es una auditoría?
Juvenal Lobato explicó que las auditorías son una facultad que tienen las autoridades fiscales del país y que están previstas en la Constitución. Una de sus características fundamentales es que son discrecionales, es decir, que se la pueden realizar a quien sea y en el momento que sea.
“El SAT tiene un área de Planeación en la que detectan anomalías u operaciones sospechosas y normalmente es a partir de los hallazgos que se hacen en esta área que se mandan auditorías”, dijo.
Explicó que en el Código Fiscal de la Federación se establecen más de 10 tipos de auditorías, aunque aclaró que son cuatro las más comunes:
1) Visita domiciliaria, que es la más agresiva, pues en ésta hay funcionarios que acuden al domicilio del contribuyente en búsqueda de información.
2) Revisión de gabinete, que se hace con información con la que ya cuenta la autoridad (como declaraciones y depósitos).
3) Revisión del dictamen, en la que la autoridad inspecciona los dictámenes de estados financieros que ciertas empresas realizan.
4) Revisión electrónica, en la que el SAT, a partir de toda la información electrónica con la que cuenta, detecta una anomalía y notifica al contribuyente de la misma.