Esta tendencia de participación laboral de mujeres compensó la tendencia contraria para los hombres; cuya participación fue de 511,206 plazas menos en este periodo.
Como resultado de los ingresos de las mujeres y la salida de hombres en el mercado de trabajo mexicano se observó una creación neta de 6,150 puestos de trabajo, lo que refleja un crecimiento con menor fuerza que en años anteriores.
Pese a la integración de casi medio millón de mujeres al mercado laboral, todavía representan una minoría en el total de la fuerza de trabajo del país: el 67% de los trabajadores son hombres y el 33% restante son mujeres.
La integración de las mujeres al mercado laboral se dio en las actividades secundarias y las terciarias.
Entre abril y mayo del 2024, los principales sectores donde aumentó la población ocupada de mujeres fueron: la industria manufacturera con 271,505 ingresos; los servicios profesionales, financieros y corporativos con 141,771; el comercio con 131,020 y en el sector de restaurantes, bares y hoteles con 100,736.
En contraparte, el sector agropecuario y de explotación forestal registró importantes bajas en su población ocupada femenina.
Condiciones de empleo en mujeres, también mejoran
Otro de los datos destacables en materia de empleo femenino fue que creció la población ocupada con remuneraciones moderadas, al mismo tiempo que cayó el grupo de trabajadoras que no reciben ingresos o que perciben como máximo un salario mínimo.
La población de mujeres que trabajan y ganan entre uno y dos salarios mínimos creció en casi 280,000 y a quienes ganan entre dos y tres salarios mínimos se sumaron alrededor de 53,000 mujeres.
Por su parte, las ocupaciones de mujeres que no percibían ingresos se contrajeron en 51,208 durante este periodo.
Pese a estas mejoras todavía la gran mayoría de las trabajadoras en México se encuentra en el grupo más bajo de remuneraciones: el 47% percibe, como máximo, a un salario mínimo mensual y sólo 1% percibe más de cinco salarios mínimos al mes.
En el tipo de ocupación se observó que los ingresos de las mujeres al mercado laboral estuvieron casi emparejados tanto en el sector informal como en el formal. Entre abril y mayo del 2024 aumentaron en 241,950 las trabajadoras informales y en 275,406 las trabajadoras formales.
Pese al avance del trabajo formal, destacó el crecimiento de la población ocupada sin acceso a instituciones de salud que pasó de 14.4 millones a 14.8 millones de mujeres sólo en un mes.
Más mujeres en jornadas completas
Otro de los cambios importantes que se observaron en el empleo femenino fue la importante contracción en el total de mujeres que se encontraban temporalmente ausentes del trabajo, pero conservando el vínculo laboral.
Esta población se redujo en casi 600,000 personas; mientras que incrementó la población ocupada en jornadas completas.
De acuerdo con las cifras de la ENOE, este quinto mes de año la población de mujeres que trabajan jornadas de 15 a 34 horas semanales creció 13.9% en comparación mensual. Por su parte, la población de trabajadoras con jornadas de 35 a 48 horas semanales se extendió 3.6 por ciento.
En los últimos años, el empleo femenino ha sido dinamizador para el mercado laboral general. Se observa que, cada vez, más mujeres buscan y se integran a ocupaciones remuneradas y que éstas presentan mejores condiciones laborales.
Pese a estos avances, los retos para alcanzar la igualdad de género en el mundo del trabajo todavía son grandes: la brecha salarial persiste en casi todos los sectores productivos y se profundiza entre más alto es el rango de la ocupación; la participación laboral todavía es casi de la mitad en comparación con la de los hombres y los roles y estigmas continúan generando discriminación y menores oportunidades para las mujeres.