Se prevé que el denominado Vehículo de Desorbitación Estadounidense (USDV, por sus siglas en inglés) se acople a la EEI con la finalidad de realizar una serie de maniobras para lograr el reingreso controlado de la estación sobre una región remota en el océano Pacifico.
De acuerdo con la NASA, en el contrato no se incluye el costo del lanzamiento del futuro remolcador espacial, ya que este servicio se adquirirá posteriormente. La agencia espacial estadounidense tomará posesión del dispositivo cuando SpaceX haya terminado de construirlo, y lo operará durante la misión de desorbitación de la EEI.
El USDV está pensado para desintegrarse completamente como parte del proceso de reingreso de la estación espacial. La NASA no brindó más detalles sobre las características de la nave. Por su parte, SpaceX indicó que es un honor que la NASA confiara en la compañía para «apoyar esta misión crítica».
La agencia publicó, junto con el anuncio del contrato, un libro blanco en el que se describen las razones que la llevaron a optar por la desorbitación de la EEI. El documento indica que se descartó entregar la estación a un operador comercial porque sus componentes pertenecen a varios países.