El hecho se produce en momentos en que cunde el descontento con la conducta de Israel durante la guerra y entre llamados de grupos antigubernamentales a realizar una semana de protestas. Fue desencadenado por la renuncia del líder opositor Benny Gantz al gabinete, la semana pasada, a causa de lo que considera falta de estrategia sobre la guerra y lo que vendrá después de ella.
Gantz se unió a un gobierno de unidad nacional con la coalición de línea dura de Netanyahu poco después del principio de la guerra, en octubre. Había demandado que se formara un pequeño gabinete como forma de marginar a los legisladores de extrema derecha en el gobierno. De inmediato, el ministro de seguridad nacional, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, informó que había escrito a Netanyahu para exigir ser añadido al gabinete de guerra.
Disolver el gabinete de guerra permite a Netanyahu evitar choques entre sus socios de la coalición, cuyos llamados a los militares a continuar la ofensiva en Gaza están cada vez más en conflicto con crecientes llamados internacionales a un cese del fuego.
La guerra fue desencadenada por un ataque de Hamas dentro de Israel, en el cual unas mil 200 personas fueron asesinadas y otras 250 tomadas en rehenes. Poco menos de la mitad de éstas siguen cautivas en Gaza. Más de 37 mil palestinos han perecido en la franja a consecuencia de la ofensiva militar en Gaza, de acuerdo con el ministerio local de salud.
El establecimiento de un pequeño gabinete de guerra fue una demanda esencial de Gantz para unirse al gobierno de unidad. El gabinete se constituyó con seis miembros: tres activos y tres observadores. Incluyó a Gadi Eisenkot, socio de Gantz, y Aryeh Deri, jefe del partido religioso Shas, como observadores.
Eisenkot también ha renunciado al gabinete. Él y Gantz han señalado, como razón para dejar el gabinete, el fracaso de Netanyahu en acordar un plan para Gaza que vaya más allá de la guerra actual. El líder israelí ha declinado comentar sobre planes futuros, más allá de reafirmar que Hamas debe ser destruido por completo.
Se espera que Netanyahu realice consultas sobre la guerra con un pequeño grupo de ministros, entre ellos el de defensa, Yoav Gallant, uno de los tres miembros originales del gabinete, y el de asuntos estratégicos, Ron Dermer, anteriormente observador en el grupo. No se permitirá que Ben-Gvir tome parte en las pláticas pese a sus requerimientos, según la publicación israelí Ynet.
Sin embargo, Haaretz reportó que algunos de los temas menos delicados que anteriormente trataba el gabinete de guerra se transferirán para discusión al gabinete de seguridad, de 14 miembros, en el cual figuran Ben-Gvir y el ministro de finanzas, Bezalel Smotrich.
La acción ocurre cuando Israel y Hamas sopesan la más reciente propuesta de cese del fuego a cambio de la liberación de rehenes capturados por Hamas durante su ataque. Tropas israelíes aún están atascadas en la franja de Gaza, combatiendo en la ciudad sureña de Rafah y contra reductos de Hamas en otras partes. Y la violencia continúa sin freno entre Israel y el grupo libanés Hezbolá, mientras un enviado del gobierno de Joe Biden en la región intenta evitar una guerra más amplia, con un segundo frente en la frontera de Israel y Líbano. Tanto Hezbolá como Hamas son apoyados por Irán.
Tanto Ben-Gvir como Smotrich han amenazado con derrocar al gobierno de Netanyahu si Israel continúa con un cese del fuego con Hamas. La propuesta más reciente que se está considerando forma parte del intento más concentrado del gobierno de Biden para ayudar a enfriar la guerra. Por ahora, el progreso sobre un acuerdo parece seguir siendo elusivo.
Según algunos críticos, el proceso de decisiones de Netanyahu con respecto a la guerra se ha visto influido por los ultranacionalistas de su gobierno, que desean permanecer en el poder. Netanyahu niega las acusaciones, pero tal vez sienta más confianza a la luz del golpe dado a Gantz en las encuestas a raíz de su decisión de dejar el gabinete de guerra; los números de Netanyahu en los sondeos se han elevado en consecuencia.
El contralmirante Daniel Hagari, vocero militar israelí, insistió en que la decisión de disolver el gabinete de guerra no afectará las operaciones en Gaza, aun cuando los efectos políticos pudieran ser significativos.
“Los miembros del gabinete cambian y el método cambia. Tenemos el rango, conocemos la cadena de mando. Trabajamos de acuerdo con la cadena de mando. Esto es una democracia”, declaró ante reporteros.
Ben-Gvir había criticado la decisión de los militares de introducir “pausas tácticas diurnas en la actividad militar” cerca de la ciudad sureña de Rafah para permitir más entregas de ayuda humanitaria. Según medios israelíes, Netanyahu dijo en la reunión regular dominical del gabinete en pleno que, “para alcanzar al objetivo de elimitar las capacidades de Hamas”, había “tomado decisiones que no siempre eran aceptables para los mandos militares”, pero añadió: “Tenemos un país con un ejército y no un ejército con un país”.