Los residentes indicaron que las fuerzas israelíes se abrieron paso hacia la zona Al-Mawasi de Rafah, cerca de la playa, la cual está señalada como zona humanitaria en todos los anuncios y mapas publicados por el ejército israelí desde que comenzó su ofensiva en Rafah, en mayo.
En un comunicado, los militares israelíes negaron haber lanzado algún ataque dentro de la zona humanitaria de Al-Mawasi.
Israel afirmó que su asalto estuvo dirigido a eliminar las últimas unidades de combate intactas de Hamas en Rafah, ciudad que albergaba a más de un millón de personas antes de que empezara el ataque más reciente. La mayoría de esas personas se han desplazado ahora hacia el norte, hacia Khan Younis y Deir Al-Balah, en el centro de la franja.
El ejército asegura en su comunicado que continúa con operaciones “basadas en inteligencia y dirigidas” en Rafah, al afirmar que sus fuerzas ubicaron armas y dieron muerte a militantes palestinos en combates a corta distancia.
En el curso del día, los militares sostuvieron que habían atacado desde el aire 45 objetivos en toda la franja, entre ellos estructuras militares, células de militantes, lanzadores de cohetes y escondites en túneles.
Israel ha descartado la paz hasta que Hamas sea erradicado, y gran parte de Gaza yace en ruinas. Sin embargo, los militantes del grupo siguen resurgiendo para combatir en zonas donde las fuerzas israelíes habían declarado que los habían derrotado y forzado a retroceder.
Hamas recibió con beneplácito una nueva propuesta estadunidense de cese del fuego, pero hizo algunas correcciones, reafirmando su postura de que cualquier acuerdo debe asegurar el fin de la guerra, demanda que Israel sigue rechazando.
Israel describió como un rechazo total la respuesta de Hamas a la nueva propuesta de paz de Washington. Sin embargo, continúan los esfuerzos por llegar a un acuerdo, según los mediadores Catar y Egipto, con apoyo de Estados Unidos.
Después de una breve tregua de una semana en noviembre, los repetidos intentos por gestionar un cese del fuego han fallado, pues Hamas insiste en un fin permanente de la guerra y un retiro total israelí de Gaza.
Hamas desencadenó la guerra cuando irrumpió desde el territorio bloqueado de Gaza hacia el sur de Israel el 7 de octubre del año pasado, incursión en la que mató a unas mil 200 personas y capturó a 250 más, a las que llevó cautivas al enclave.
La invasión y bombardeo de Gaza que vino a continuación ha causado la muerte de al menos 37 mil personas, según el ministerio de salud del territorio. Se teme que miles más estén enterradas bajo los escombros, mientras que la mayor parte de los 2.3 millones de habitantes han sido desplazados.
Entre tanto, Hezbolá informó que ha lanzado cohetes y drones armados a nueve sitios israelíes en un ataque coordinado este jueves, lo que recrudece hostilidades en la frontera sur de Líbano por segundo día consecutivo.
Los ataques fueron efectuados en represalia por una acción israelí en la que murió un comandante de campo de Hezbolá, el martes. Una fuente de seguridad en Líbano declaró que fue el segundo ataque lanzado por el grupo militante desde octubre, cuando comenzó a intercambiar fuego con Israel, en paralelo a la guerra en Gaza.
En un comunicado, Hezbolá indicó que había disparado descargas de cohetes Katyusha y Falaq hacia seis ubicaciones militares israelíes. Agregó que también había lanzado drones de ataque hacia el cuartel del comando norte israelí, que contiene un centro de inteligencia y un cuartel.
Una fuente de seguridad informó a Reuters que el ataque implicó disparar al menos 30 drones de ataque a la vez, lo que significa el ataque con drones más grande del grupo en los ocho meses de guerra. Hezbolá, apoyado por Irán, e Israel han estado intercambio disparos casi todos los días desde el estallido de la guerra en Gaza, pero en los dos días pasados se ha dado un fuerte incremento, después del ataque israelí en el que murió el comandante del grupo.