Un intercambio de cartas entre el director de Educación y Habilidades de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Andreas Schleicher y la presidenta del la Comisión Nacional para la mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Silvia Valle Tépatl, desconcertó a profesores y especialistas en políticas públicas en materia educativa, ya que todo parece indicar que México no participará en la prueba PISA de 2025.
El pasado 26 de abril Schleicher le envió una misiva a Valle Tépatl en la que le manifiesta que “la participación de México en la próxima ronda, PISA 2025, está en riesgo, ya que tengo entendido que los preparativos necesarios para implementar el estudio se han suspendido”.
Le expone que la decisión de participar en PISA 2025 puede esperar hasta finales de 2024, pero sólo será posible si México realiza una prueba de campo este año, sin embargo es fundamental que para ello los preparativos comiencen en las próximas semanas.
De acuerdo con la OCDE, la prueba de campo es una parte esencial de los preparativos y asegura que México tenga lista una versión nacional de los instrumentos para el próximo año.
Por ello es fundamental que los preparativos para la prueba de campo comiencen en las próximas semanas y que se realice en alrededor de 50 escuelas, a más tardar en septiembre de 2024.
En respuesta, el 29 de abril pasado, la consejera presidenta de la Comisión Nacional para la mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Silvia Valle Tépatl, le contestó que el marco jurídico de esa institución, “le faculta para realizar evaluaciones diagnósticas, formativas e integrales del Sistema Educativo Nacional, no así la coordinación de pruebas internacionales a gran escala como la de PISA”.
La SEP no ha manifestado una postura oficial del gobierno mexicano al respecto.
Los resultados del PISA 2022 revelaron que México se ubicó en el lugar 51, de un total de 81 países medidos, en rendimiento de estudiantes de 15 años en las materias de matemáticas, comprensión de lectura y ciencias, por debajo del promedio global.
En matemáticas los estudiantes mexicanos obtuvieron un puntaje promedio de 395 puntos, lo que reflejó una caída de 14 puntos respecto del registro previo (en 2018 se obtuvo una media de 409 puntos). La caída en esta área fue la más pronunciada de todas en el estudio.
Para ciencias, en 2022 México anotó una calificación de 410 puntos, un retroceso de nueve puntos respecto de la medición previa. Por su parte, en comprensión lectora el puntaje fue de 415, una caída de 5 puntos.
El 6 de diciembre pasado, luego de que se dieron a conocer los resultados de la prueba PISA aplicada en 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que su gobierno no toma en cuenta esos resultados porque todos esos parámetros se crearon en la época del predominio del periodo neoliberal, cuando, aseguró, se pretendía desaparecer la educación pública.
“Esas pruebas son parte de lo mismo, es como si yo tomara en cuenta una opinión del Fondo Monetario Internacional”.
Importa porque no vivimos en una isla: Marco Fernández
Al respecto, Marco Antonio Fernández Martínez, profesor investigador de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey e investigador asociado de México Evalúa, llamó la atención que, en contraste el presidente de Colombia, Gustavo Petro, él mismo presentó los resultados de PISA y reconoció que había un problema serio en la materia en esa nación y que se actuaría en consecuencia.
El especialista dijo que el país no cuenta con otro programa que permita medir la capacidad de los alumnos para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida real.
Mencionó que, incluso países como Uruguay y Chile que cuentan con sus propias evaluaciones, ocupan las internacionales como esa porque entienden que ese instrumento les permite una comparación de cómo están sus estudiantes en relación con jóvenes de su edad y su nivel de educación en otras naciones de un nivel de desarrollo similar.
En su opinión, si México decide salirse de la prueba PISA, importa “porque no vivimos en una isla”.
En ese sentido indicó que, si como país estamos compitiendo con otras naciones por la atracción de inversiones, entonces es importante asegurarnos de contar con personal capacitado, que permita tener buenos niveles de productividad y para eso es valioso contar con un instrumento, como este, que permite la comparación internacional.
Para el especialista, es importante tomar en cuenta que, en 2019, México tomó la decisión de desaparecer el Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE); se suspendió la evaluación Planea que hacía la SEP y se salió de la prueba ERCE de UNESCO.
Eso es un antecedente de cómo el país ha decidido aislarse para no dar cuenta de cuáles son los resultados del aprendizaje de los estudiantes del país.
“Por eso es muy preocupante, porque de ese tamaño es la irresponsabilidad de esta autoridad.
No tendremos pruebas con resultados comparables: Fernanda García
Por su parte Fernanda García, directora de Sociedad Incluyente del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), manifestó su preocupación por la posibilidad de que México salga del programa, debido a que le permite tener un diagnóstico de cómo va el país en comparación con otras economías. “Sirve para ver qué estamos haciendo bien, qué estamos haciendo mal y qué nos falta”.
Destacó que el país no cuenta con otra prueba estandarizada como esa, por lo que México se quedaría sin la posibilidad de realizar un diagnóstico y no se conocerían cuáles son los puntos que es necesario fortalecer en materia de educación y guiar la política educativa.
Dijo que solo se quedaría con las pruebas que pueda hacer Mejoredu pero éstas tienen el inconveniente que para aplicarlas, se les da a los docentes una guía de temas y cada uno de ellos aplica la prueba como quiere. Por ello solo les sirve a los profesores para tener una idea de cómo está su grupo en específico al inicio del ciclo escolar.
Con ello no podemos saber cómo se encuentra el sistema educativo a escala nacional porque los resultados no son comparables.
Comentó que en los últimos años el gobierno ha manifestado una tendencia de que no se quieren hacer pruebas. “No quiere tener un diagnóstico de cómo estamos”.
PISA proporciona una plataforma global para comparar habilidades de los estudiantes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias, monitorear el progreso en los resultados del aprendizaje y ayudar a abordar las disparidades entre diferentes grupos de la población.
La prueba existe desde 2000 y México ha participado en todas las rondas efectuadas.
En la del próximo año participarán 91 países, incluidos 13 de américa y son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
La prueba mide los aprendizajes en Ciencias, matemáticas y lectura y el próximo año se concentrará en las competencias de los estudiantes en ciencias, incluido un nuevo componente sobre ciencias ambientales.
Concretamente evaluará la comprensión de los estudiantes sobre el impacto que las interacciones humanas tienen en el medio ambiente y el respeto que los estudiantes tienen hacia las diversas perspectivas cuando buscan soluciones para los desafíos ambientales actuales.
También explorará la capacidad de los estudiantes para abordar una gama más amplia de cuestiones relacionadas con las ciencias en su vida cotidiana.