El Congreso peruano aprobó el jueves un acuerdo entre Perú y Estados Unidos que permitirá interceptar avionetas que transporten droga a países vecinos, una iniciativa que estaba en conversaciones ante el aumento del narcotráfico en los últimos años.
Con 73 votos a favor y 30 en contra se superó la última valla que implementa el convenio suscrito en agosto de 2023 entre los gobiernos de Perú y Estados Unidos.
El acuerdo de interceptación implica que no se disparará a las avionetas que se detecten en el espacio aéreo peruano, sino que una aeronave les persuadirá de que aterricen o abandonen el territorio peruano.
Según datos de inteligencia policial y militar peruana, cada día ingresan un promedio de cuatro avionetas sobre todo desde Bolivia y Brasil hacia zonas de la Amazonía peruana llevando al exterior alrededor de 1.2 toneladas diarias, lo que en un año suma alrededor de 378 toneladas vía aérea.
En agosto el entonces primer ministro peruano Alberto Otárola admitió el aumento “exponencial” del narcotráfico en casi la última década. Con cifras oficiales, Otárola dijo que las áreas de la Amazonía donde se siembra la hoja de coca, el ingrediente clave para fabricar la cocaína, sumaron 95 mil 8 hectáreas en 2022 y crecieron un 135 por ciento desde 2015.
En otro programa conjunto diferente, ejecutado entre 1995 y 2001, Perú y Estados Unidos derribaron 14 avionetas que buscaban sacar pasta lavada de cocaína hacia Colombia, según un reporte de la CIA de 2008 que fue desclasificado en 2010.
Ese acuerdo fue cancelado por Estados Unidos en 2001 cuando se derribó por error una avioneta, la número 15 del programa conjunto, que llevaba a cinco evangélicos estadounidenses. Dos murieron: la misionera Veronica Bowers y su pequeña hija.
Perú es uno de los principales productores mundiales de cocaína, según la agencia antidrogas estadunidense DEA, y el segundo cultivador global de hoja de coca después de Colombia, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.