El equipo de Renato Paiva ganó, gustó y goleó al equipo de Beñat San José
Alexis está de regreso. Canelo Angulo se enciende. Paiva renace. La tribuna se crece y canta, atiborra el Nemesio Diez, también transformado. Este Toluca está renovado, recuperada sus mejores épocas para ser protagonista y candidato al título. Con la goleada 4-1 al Atlas se pone líder de la Liga MX, desplazando al América, su rival de la fecha siguiente.
El frasco de las esencias se destapó rapidísimo: al 5’ remató Pereira de cabeza para poner el primero. Aromas de goleada apenas iniciado el cotejo que tuvo como árbitra central a Karen Hernández, sin grandes contratiempos.
El Infierno que estaba congelado en los últimos torneos eleva la temperatura de nuevo con dominio en cancha y tribuna.
Sin un ‘9’ nominal, Alexis ocupa la posición la mayor de las veces, pero rota con Meneses y Juanpi Domínguez, la revelación del Toluca, y Canelo que suma desde el centro un poco más retrasado. Rotación endemoniada: Angulo descolgó por izquierda para meter centro que conectó con la testa Vega y cayó el 2-0.
Atlas poco y nada. Un desastre para defender y en la contra, el Mudo Aguirre se queda como su apodo. Fallas que no hacen sudar a Volpe, esta vez sin oportunidad de aumentar la cuota de goleo con un penalti. Ni se ensució.
Para la segunda parte el presagio eran más diabluras. Alcanzó para una, de nuevo, la conexión: Vega encaró por izquierda, regate y centro a segundo poste que Canelo alcanzó a bajar de pecho y cruzar a Vargas, 3-0 merecido, pero corto aún.
Había más. Todavía al 75’, Alexis volvió a probar a Camilo en remate por izquierda que el colombiano mandó a tiro de esquina. El Zorro encontró demasiada recompensa al 87’, con un ataque que encontró por derecha a Lozano, de remate que sorprendió a Volpe. Y para hacer más justo el marcador, López puso el cuatro de los escarlatas.
Lo que viene para Toluca es lo mejor: visita al América en la siguiente fecha para ponerle freno al líder general y demostrar que el Toluca es el demonio de las Águilas. Bienvenido de regreso, Diablo.