Los primeros en presentarse ante el juez fueron dos hombres identificados como Saidakrami Rachabalizoda y Dalerdjon Barotovich Mirzoyev.
Durante la vista, Mirzoev dijo que es ciudadano de Tayikistán y que tiene tres hijos menores.
El acusado, que reconoció plenamente su culpa, vivía en la región de Moscú con documentos de residencia caducados hace tres meses.
El tribunal ordenó que Mirzoyev permaneciera detenido hasta el 22 de mayo a la espera de una investigación sobre terrorismo, según un comunicado de los tribunales de la ciudad de Moscú en Telegram.
Mirzoyev ha sido acusado de cometer un atentado terrorista como parte de un grupo de personas y “ha admitido plenamente su culpabilidad”, según el comunicado.
Rachabalizoda, de 30 años, también admitió su culpa. El acusado está casado, tiene un hijo y no cuenta con antecedentes penales.
Los otros dos sospechosos del ataque terrorista son Fariduni Shamsudin y Muhammadsobir Faizov.
Faizov, de 19 años, vestía una bata blanca y estaba acompañado por dos médicos al ser llevado a la corte desde un hospital, donde ingresó tras resultar herido durante su detención. Shamsudin, en tanto, dijo al juez que trabajaba en una fábrica en la región de Moscú y que tiene un hijo de ocho meses. Mientras Faizov, que no está casado, declaró que antes trabajaba como peluquero en la ciudad de Ivánovo y actualmente estaba desempleado.
En total, las autoridades rusas reportaron el arresto de 11 personas, cuatro de las cuales habrían perpetrado el ataque del viernes en el Crocus City Hall de Moscú, en el que murieron 137 personas y más de 180 resultaron heridas.
Las autoridades arrestaron a cuatro presuntos atacantes el sábado, y siete más fueron detenidos bajo sospecha de estar involucrados, dijo el presidente ruso Vladímir Putin en un discurso nocturno a la nación el sábado. Afirmó que fueron capturados mientras huían a Ucrania, algo que Kiev niega tajantemente.
El tribunal difundió un video en el que se ve a policías llevando a uno de los sospechosos, con esposas en las manos, a la sala de audiencias, y fotografías del mismo hombre en una jaula de vidrio, donde se suele colocar a los acusados.
Las autoridades señalaron que los sospechosos eran “ciudadanos extranjeros”, pero no mencionaron su nacionalidad.
Según medios de comunicación rusos y el diputado Alexander Khinstein, algunos de los sospechosos vienen de Tayikistán, antigua república soviética de mayoría musulmana situada en Asia Central y vecina de Afganistán.
El atentado del viernes fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), pero las autoridades rusas también apuntaron contra Ucrania, afirmando que los atacantes trataron de huir al país vecino, donde, según el Kremlin, tenían contactos.
Ucrania niega cualquier implicación en este atentado, el más mortífero en Rusia desde principios de la década de 2000.
Las autoridades rusas, no obstante, siguen sin mencionar la reivindicación del grupo yihadista.
Los investigadores actualizaron este domingo el balance de fallecidos, que pasó de 133 a 182 muertos, incluyendo tres niños.
El balance podría aumentar ya que los rescatistas siguen buscando entre los escombros del edificio, incendiado por los atacantes. Además hay 110 personas hospitalizadas y 40 están en estado crítico.
El Comité de Investigación informó que se han identificado 62 cadáveres y que se encontraron dos rifles de asalto y una gran cantidad de municiones en el lugar.
“Todo el país está de luto”, afirmó la cadena de televisión pública rusa Rossia 24 al iniciar sus programas.
Rossia 24 difundió imágenes de un inmenso panel digital instalado en un muro de la sala de conciertos atacada donde se ve una vela sobre un fondo negro con la leyenda “Crocus City Hall. 22/03/2024. Estamos de luto”.
Los museos y teatros de Moscú anunciaron que permanecerán cerrados el fin de semana, y los restaurantes de la capital prometieron donar parte de sus beneficios del domingo a los familiares de las víctimas.
“La gente ya no sonríe, ya no hay alegría”, declaró a la agencia AFP Valentina Karenina, oriunda de Siberia pero de paso en Moscú, que fue a encender una vela a una iglesia cerca de la famosa plaza Roja, hoy cerrada al público.
Este ataque es el más sangriento en Rusia desde hace dos décadas y el más letal cometido en Europa por el Estado Islámico.
El grupo yihadista, que Rusia combate en Siria y tiene presencia también en el Cáucaso ruso, cometió ya atentados en el país desde finales de los años 2010.