Los partidos europeos de extrema derecha se reunieron el sábado en Italia para comprometerse a frenar la inmigración en el continente y oponerse a un segundo mandato de cinco años de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Los partidos se reunieron en Roma, impulsados por las encuestas que sugieren que las formaciones nacionalistas y de extrema derecha probablemente logren fuertes avances en las elecciones al Parlamento Europeo de junio.
No obstante, más allá del acuerdo sobre el endurecimiento de las normas de inmigración, se han hecho evidentes las fisuras en el campo de la extrema derecha europea.
En la reunión del grupo Identidad y Democracia (ID) participaron delegaciones de la Liga italiana, la Agrupación Nacional (RN) francesa, el Partido de la Libertad (FPO) austriaco, la Chega portuguesa y el Vlaams Belang belga.
«Un país que no defiende sus fronteras, una Unión Europea (…) que no defiende sus fronteras comete un asesinato contra su pueblo», dijo el líder de la Liga italiana, Matteo Salvini.
Salvini es viceprimer ministro del gobierno de Giorgia Meloni, pero no la ha incluido en el grupo ID, que es ahora el sexto más grande de la asamblea de la UE, aunque los datos actuales de los sondeos lo sitúan en cuarta posición.
ID celebró una reunión similar en Florencia en diciembre, pero esta vez no se invitó al partido Alternativa para Alemania (AfD), uno de sus miembros clave que ha sido golpeado por acusaciones de racismo en casa.
Algunas altas figuras de la Liga, los gobernadores de las regiones ricas del norte, tampoco se presentaron, lo que subraya el descontento dentro de un partido que los sondeos sitúan ahora por debajo del 9% después de alcanzar un récord del 34% en las elecciones de la UE de 2019.