El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que su Gobierno no apoyará a ningún candidato de Estados Unidos “sea quien sea”, de cara a las próximas elecciones de noviembre próximo en dicho país.
En la conferencia matutina realizada en Mexicali, Baja California, López Obrador indicó que únicamente se reserva su derecho de hacer cuestionamientos aquel candidato estadounidense que le falta el respeto a México
“Nosotros no vamos a cometer el error que se cometió en el pasado de apoyar a ningún candidato de EE.UU., esa es una decisión que corresponde a los ciudadanos de Estados Unidos”, dijo.
“Solo nos reservamos el derecho de hacer cuestionamientos cuando se le falte el respeto al pueblo de México, sea quien sea. Si no se respeta a los mexicanos,
aquí vamos a estar denunciando”, puntualizó.
El mandatario mexicano también se refirió a “esos que ponen alambradas y actúan de manera inhumana en contra de migrantes, que amenazan con invadir, a esos sí los vamos a llamar por su nombre”.
López Obrador pidió a los paisanos que se encuentran en Estados Unidos que tomen en cuenta la actitud antimexicana al momento de emitir su voto en noviembre próximo.
“Les vamos a pedir a los paisanos, con todo respeto, que tomen en cuenta esa actitud antimexicana. Nada más les vamos a decir que el que no quiere a su patria, no quiere a su madre”, expuso.
“Que se recuerde eso para que nos respeten como nosotros vamos a respetar siempre a quienes viven en otros países y tiene otros Gobiernos. La política de México siempre va a ser de no intervención y de la autodeterminación de los pueblos”, puntualizó.
El presidente de EE.UU., el demócrata Joe Biden, y el exmandatario republicano Donald Trump (2017-2021), convertidos matemáticamente en los candidatos a la Casa Blanca, inauguraron este miércoles una cruenta campaña electoral llena de ataques personales y que se prevé especialmente bronca.
Biden y Trump lograron el pasado martes por la noche la mayoría de delegados necesarios para ganar las primarias a 239 días de la contienda electoral del 5 de noviembre. Lo hicieron a la vez, después de imponerse en Georgia, Misisipi y el estado de Washington.
Será por lo tanto una de las campañas más largas de la historia moderna de Estados Unidos, comparable con las de los años 2000 y 2004.