El presidente Joe Biden y el ex presidente Donald Trump realizarán un duelo electoral con visitas a diferentes puntos de la línea entre Texas y México el jueves, buscando tener ese escenario para intentar convencer a votantes quién será el más efectivo en reducir de manera dramática el flujo migratorio, y ambas propuestas tendrían serias repercusiones para México.
Biden está intentando neutralizar un tema que se ha vuelto uno de sus flancos más vulnerables de su esfuerzo de reelección al adoptar algunas de las mismas políticas antimigrantes que su contrincante Trump implementó cuando ocupaba la Casa Blanca.
Biden ahora está concediendo que existe una crisis en la frontera e intenta culpar al liderazgo republicano de la cámara baja ya que ha rehusado a programar un voto sobre un proyecto de ley negociado en el Senado que incluye más fondos para contratar a agentes fronterizos adicionales y medidas para cerrar puntos de ingreso en la frontera en ciertas circunstancias, todo parte de un paquete legislativo más amplio que también incluye armas para Ucrania e Israel.
El fracaso de ese proyecto de ley, argumenta la Casa Blanca, obligará ahora al presidente a usar poderes de emergencia para abordar la situación en la frontera.
Los detalles de esas acciones aún no son públicos. Pero asesores de la Casa Blanca han dedicado gran parte de las últimas dos semanas filtrando a los medios estadunidenses papeles para que el presidente imponga restricciones dramáticas a la habilidad de migrantes de solicitar asilo inicialmente, incluyendo tal vez negar solicitudes de asilo a aquellos que no cruzan por los puntos oficiales de ingreso a Estados Unidos, propuestas para emplear poderes de emergencia para cerrar casi todo ingreso de migrantes sin documentos en algunas circunstancias como también redirigir fondos para la contratación de más oficiales de migración en la frontera aun sin aprobación legislativa.
El caucus Hispano del Congreso condenó las propuestas filtradas como un intento de “usar a grupos de migrantes como peones en el tablero político” y, por separado, unos 150 grupos nacionales y locales de defensa de derechos humanos e inmigrantes acusaron, el viernes pasado, que el gobierno de Biden estaba renovando políticas de la era de Trump. “Esta manera cansada de abordar el problema fracasó bajo el gobierno anterior, y fracasará y causará gran daño una vez más, y manchará a su gobierno de una manera irreparable”, escribieron en una carta abierta a Biden que fue coordinada por Human Rights First y el National Immigration Justice Center.
Pero al calentarse la contienda electoral presidencial, el liderazgo del Partido Demócrata públicamente ha expresado preocupación por el tema migratorio. Aunque el número de personas sin documentos que intentaron cruzar la frontera desde México en enero fue menor que en los meses anteriores, expertos pronostican que el flujo de migrantes incrementará al proceder el año. De hecho, el Washington Office on Latin America (WOLA) reporta que la migración anual hasta el 25 de febrero de 2024 a través del Darién había alcanzado 68 mil 400 personas -unos 22 mil 700 más que en el mismo periodo el año pasado.
El ex presidente Trump ha colocado al centro de su ataque político la acusación de que el gobierno de Biden ha mantenido una “frontera abierta”, y encuestas de opinión continuamente registran que el tema de inmigración es el factor individual más citado por aquellos que reprueban la gestión presidencial de Biden.
Mike Johnson, presidente republicano de la cámara baja, declaró la semana pasada que la Casa Blanca “podría demostrar su seriedad” en tema al reimplementar de inmediato el acuerdo de “Quédate en México” bajo el cual solicitantes de asilo son obligados a esperar en México mientras sus peticiones son procesadas en Estados Unidos.
Pero eso requiere en acuerdo del gobierno de México, señaló Ariel G. Ruiz Soto, analista senior del Migration Policy Institute en Washington. Recuerda que la Suprema Corte de México había declarado ilegal a esa política cuando fue aplicada anteriormente y por lo tanto sería difícil renovarla. [https://www.jornada.com.mx/2024/02/25/opinion/016a2pol].
Aún más importante, comentó Ruiz Soto en entrevista con La Jornada, el Quédate en México sólo registró un total de 78 mil solicitantes -un número muy pequeño que no tendría un impacto significativo bajo las condiciones actuales. Agregó que es improbable que el Quédate en México o acciones ejecutivas unilaterales tendrían un impacto positivo a largo plazo.
“Especialmente en un año electoral donde la migración ha tomado tanta visibilidad en la contienda actual, creo que tanto demócratas y republicanos están intentando hacer pensar la manera donde puedan sugerir que están haciendo algo en la frontera”, indicó Ruiz Soto en la entrevista. “Desafortunadamente suele suceder, especialmente en ciclos electorales como es el caso ahora, la sugerencia de propuestas tienden a tener más que ver con la pugna electoral que con políticas [reales]”.