El gobierno colombiano y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional anunciaron el lunes que mantendrán el acuerdo de cese al fuego por una semana más mientras evalúan hacer una prórroga más amplia en la mesa de negociación que se desarrolla en La Habana, Cuba.
El año pasado las partes firmaron un alto el fuego de seis meses, inédito por su duración, que se cumplió desde el 3 de agosto y culminará a la medianoche del 29 de enero de 2024.
En una declaración conjunta divulgada a la prensa, las partes indicaron que darán continuidad al cese al fuego tal como fue acordado el año pasado, que tiene como marco de referencia el Derecho Internacional Humanitario.
Sin embargo, dicho acuerdo no incluye explícitamente la suspensión de los secuestros extorsivos a la que se comprometió en diciembre pasado el ELN con la condición de que se logre una prórroga del cese del fuego bilateral.
Las delegaciones de paz están reunidas desde la semana pasada en La Habana, donde se desarrolla la sexta ronda de negociaciones con la guerrilla que se alzó en armas contra el Estado desde 1964, bajo inspiración de la revolución cubana.
La negociación que se retomó en noviembre de 2022 con el gobierno del izquierdista Gustavo Petro —exguerrillero en su juventud— ha superado momentos de tensión por los secuestros.
En octubre, en medio del cese del fuego, el ELN secuestró a los padres del futbolista Luis Díaz, del seleccionado colombiano y el club inglés Liverpool, generando un amplio rechazo en la sociedad y sumiendo los diálogos en una crisis. La madre recuperó la libertad el mismo día y el padre permaneció cautivo por 12 días.
La posible prórroga del cese del fuego pasa por una evaluación de su efectividad hasta ahora, en la cual participó el sábado el ministro Defensa colombiano Iván Velásquez durante una visita a La Habana.
Ese día el jefe negociador de la guerrilla, alias “Pablo Beltrán”, advirtió sobre la necesidad de una “evaluación profunda y sin afanes” de una posible prórroga, alegando que en el actual cese al fuego han continuado “las operaciones paramilitares” de otros grupos armados contra el ELN.
Beltrán detalló en un mensaje de X, antes Twitter, que aunque esas operaciones las hacen el cártel Clan del Golfo y disidencias de la extinta guerrilla de las FARC, han sido “en conjunto con el Ejército” colombiano, sin enseñar pruebas.
Las partes señalaron su intención de extender el cese al fuego durante la quinta ronda de negociaciones que culminó en diciembre pasado en México, país garante y sede itinerante de los diálogos.
Para lograrlo, señala un documento público firmado en diciembre, acordaron revisar los elementos que dificultan el funcionamiento del Mecanismo de Monitoreo y Verificación del cese al fuego, el cual incluirá dentro de su mandato la suspensión de las “retenciones con fines económicos”, como llama la guerrilla a los secuestros.
La Misión de las Naciones Unidas en Colombia es parte del Mecanismo de Monitoreo y Verificación en la mesa con el ELN, donde se analizan las informaciones recibidas de posibles infracciones al cese al fuego, que incluyen denuncias públicas.
El ELN ha intentado negociar la paz con el Estado colombiano en cinco ocasiones sin éxito. La guerrilla tiene presencia en más de 200 municipios de Colombia, con una estructura de bloques que responden a un comando central.