Para la Iglesia, el Día de los Santos Inocentes no es un día para hacer bromas, sino un día para pedir y orar por quienes sufren inocentemente la injusticia, violencia, muerte, abuso y la tiranía, dijo Juan Carlos López, vocero de la Diócesis de Juárez.
De acuerdo con una narración evangélica del Nuevo Testamento, el origen de esta celebración, que tiene lugar cada 28 de diciembre, surge cuando Herodes I el Grande mató a varios recién nacidos tratando de encontrar al niño Jesús, pues debido a las profecías de aquel tiempo, Herodes pensó que el niño al crecer le podía quitar el trono y su poder.
López señaló que, aunque el trasfondo fue un hecho sangriento, las personas con el paso del tiempo adaptaron la inocencia con lo chistoso e ingenuo.
“Para nosotros es el Día de los Santos Inocentes Mártires (haciendo énfasis en mártires) y lo utilizamos para pedir por los que han sido abortados, por la trata de personas, el secuestro, las mujeres desaparecidas o asesinadas; en este día especial están reflejados todas aquellas personas que sufren inocentemente”, dijo López.
De acuerdo con la Enciclopedia Católica que está disponible en línea, el evangelio San Mateo dice “al darse cuenta Herodes de que había sido burlado por los Magos, montó en cólera y mandó a matar a todos los niños que había en Belén, en toda la comarca, de dos años para abajo”.
“Hoy en todas las iglesias durante los horarios en los que se dan las misas se hacen con la intención de elevar la oración de la eucaristía a Dios en recuerdo de aquellos que narran la escritura, pero también se ofrece de manera especial a orar por todos los inocentes”, dijo López.
Mencionó que se trata de una fiesta para algunas personas, pero para otros es una fecha en la que se tiene el compromiso de construir la justicia en medio de una sociedad que ha sido injusta con la población más vulnerable.