El presidente en licencia de El Salvador, Nayib Bukele, celebró esta semana la subida del precio del bitcoin.
Su gobierno empezó a adquirir la criptomoneda con fondos públicos en 2021 y el reciente aumento de su valor fue motivo de celebración para el mandatario.
“Con el precio actual del mercado del bitcoin, si vendiéramos nuestros bitcoins, no solo recuperaríamos el 100% de nuestra inversión sino que también obtendríamos una ganancia de US$3.620.277”, escribió Bukele en la red social X.
“¡Las inversiones en bitcoin de El Salvador están en números negros!”, señaló.
Sin embargo, economistas -dentro y fuera del país centroamericano- aseguran que es demasiado pronto para celebrar una apuesta de alto riesgo como esta.
Bukele renunció hace unos días a su cargo de presidente para dedicarse a hacer campaña electoral con el objetivo de lograr un segundo mandato en las elecciones presidenciales de 2024, un escenario probable dado su alto nivel de popularidad entre la población salvadoreña.
Según una página web que monitorea la cartera de bitcoin de El Salvador a partir de los anuncios que Bukele hace en redes sociales, las 2.764 monedas digitales que compró El Salvador en los últimos años, alcanzaron un valor superior al monto de dinero que pagó por ellas.
Bukele publicó en la red X una foto del gráfico de esa página web que muestra el supuesto beneficio obtenido.
En medio de una persistente caída en el valor del bitcoin desde mediados de 2022, hubo un momento en el que las reservas de El Salvador de la criptomoneda valían la mitad de lo que el gobierno había pagado por ellas.
Pero en la última semana, el precio del bitcoin aumentó hasta los US$44.000, el más alto del último año y medio.
Pero algunos economistas consideran que la situación no es tan positiva como la presenta Bukele.
Y es que los más de US$100 millones que su gobierno gastó en la compra de la criptomoneda son sólo una parte de los fondos públicos utilizados para promover el uso del bitcoin entre los salvadoreños, desde que el país lo adoptó como moneda de curso legal en noviembre de 2021.
“El gobierno gastó mucho dinero en el desarrollo de la aplicación Chivo Wallet, en la instalación de cajeros automáticos, que en su mayoría no funcionan, en un bono de US$30 para todos los ciudadanos mayores de 18 años, en propaganda y eventos internacionales”, dice Óscar Picardo, director del Instituto de Ciencias de la Universidad Francisco Gavidia de El Salvador.
“Cuando se suman todos los gastos, el resultado no puede ser positivo. El resultado está en rojo, y en rojo intenso”.
En junio, un documental de la BBC sobre la adopción del bitcoin en El Salvador mostró que la mayoría de la población estaba usando la moneda digital menos de lo que Bukele y otros entusiastas querían, a pesar de las grandes inversiones gubernamentales.
“El tono victorioso de Bukele sobre el aumento del precio de bitcoin es bastante ilusorio”, señaló la economista salvadoreña Tatiana Marroquín.
“No compensa el costo económico del proyecto bitcoin”.
Marroquín aseguró que se han gastado millones de dólares de dinero público en campañas para persuadir a los ciudadanos de que adopten la moneda digital.
“Es un fracaso total”, afirmó. “Casi nadie en El Salvador usa bitcoin. Ni siquiera en el turismo parece ser una atracción”.
Lourdes Molina, economistadel Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), asegura que “en un contexto de pobreza extrema e inseguridad alimentaria que continúan aumentando, destinar recursos públicos a esta especulación tiene un costo social”.
“Esos fondos públicos podrían haberse utilizado para garantizar derechos básicos de la población salvadoreña, como el derecho al acceso a la alimentación o a un ingreso digno”.
Economistas consultados por BBC Mundo insisten en la falta de transparencia.
“No hay más información oficial que los tuits del presidente Bukele”, dice Frank Muci, investigador de la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres (LSE, por sus siglas en inglés).
Incluso algunos entusiastas del bitcoin critican la falta de información pública.
“Es muy desafortunado que no revelen su contabilidad de bitcoin de manera formal”, dijo el criptoinversor Pledditor en la red social X.
El gobierno de Bukele no respondió a solicitudes de comentarios de la BBC.
El autor de la publicación Bitcoin Standard, Saifedean Ammous, quien habría sido nombrado asesor económico de bitcoin para el gobierno de Bukele en mayo, no respondió a las preguntas sobre la falta de transparencia, pero dijo que el aumento de valor de las reservas salvadoreñas de la criptomoneda era un motivo de celebración.
“Es significativo que el bitcoin y la inversión de El Salvador se hayan recuperado después de dos años bajo el agua, porque políticos, economistas y organizaciones internacionales tildaron repetidamente a Bukele y su política de bitcoin de fracaso porque el precio había bajado”, sostuvo.
“También es común descartar la estrategia bitcoin de El Salvador, basándose en la preocupación a corto plazo por la adopción (de la moneda) en los pagos de consumo, pero eso pasa por alto el panorama más amplio”, agregó Ammous.
“Mucho más importante que los pagos que hacen los consumidores, es el papel que el bitcoin puede desempeñar en la independencia económica y en la Tesorería de El Salvador, donde ofrece un activo de reserva que se aprecia con el tiempo y tiene un fondo de liquidez global grande y creciente”.
Bukele ha criticado repetidamente a instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le advirtió sobre el riesgo que la criptomoneda representaba para El Salvador, enfatizando que sería difícil obtener un préstamo de la institución.
En su mensaje publicado esta semana en X, Bukele reconoció que el precio del bitcoin seguiría fluctuando, pero dijo que no tiene planes de vender.