El Adviento es el tiempo de preparación durante cuatro domingos para la Iglesia católica con el que se espera el nacimiento del hijo de Dios, y con ello las acciones en favor del prójimo, dijo el obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos.
Ayer en la liturgia de la catedral de Ciudad Juárez se encendió la primera vela morada de la corana de Adviento con la que empieza también un tiempo de esperanza para la humanidad, especialmente para los más necesitados de amor y paz, comentó el obispo.
“Durante estos cuatro domingos nos vamos preparando para la Navidad, y sabemos que es el nacimiento del niño Dios. Este día hemos encendido la primera vela del domingo de Adviento; por eso, nos dice el evangelio de San Marcos: ‘estar preparados’; nosotros debemos estarlo porque no sabemos cuándo llegue el señor”, explicó el obispo.
Dijo que con cada vela que se enciende la preparación debe ser cada vez más intensa, como una forma de que nazca Jesucristo en la familia, en el corazón de cada uno y en la humanidad necesitada en estos tiempos de amor y paz.
Durante el Adviento se coloca en los templos una corona con cuatro velas, tres moradas que significa en la liturgia el tiempo de esperanza, y una rosa que se relaciona con la alegría del nacimiento del Salvador.
“También dice: velen, y en contra posición dice: no se duerman, no se distraigan, y velar significa hacer oración, leer la palabra de Dios y meditarla, reconciliarse con el sacramento de la confesión, ir a misa y comulgar, pero también se nos invita a prepararnos en vela, practicando las obras de misericordia (…) como ver a un enfermo, ayudo a un pobre, auxilio a los migrantes, consuelo a una familia que está en un problema, esas son obras de caridad”, expuso el líder de la Iglesia Católica.
Todo el año tiene distintos ciclos litúrgicos, primero el Adviento, luego la Navidad –se retira la corona–; después llega la Epifanía el 6 de enero, fecha en la que se celebra el Día de los Reyes Magos; continúa el Tiempo Ordinario, el Triduo y La Pascua.
“Son varios días que se celebra con alegría, con gozo, villancicos, cánticos, convivencia, compartir con la familia y tener paz. En un mundo de guerras y de violencia Cristo nos trae la luz, nos trae paz, y nos da vida en plenitud”, manifestó el obispo.