El Banco de México (Banxico) subió de 3 a 3.3 por ciento su expectativa de crecimiento de la economía nacional para 2023.
“Este ajuste responde, principalmente, a que en el tercer trimestre del año la actividad económica de México presentó un desempeño mejor al previamente anticipado, como resultado de la resiliencia de la demanda externa y del dinamismo del gasto interno”, explicó en su informe presentado este 29 de noviembre.
La autoridad monetaria contempló para este año un rango de 3.1 por ciento y 3.5 por ciento. La expectativa anterior fue de 3.0 por ciento, con un intervalo entre 2.5 por ciento y 3.5 por ciento.
En su reporte trimestral del periodo julio-septiembre, pronosticó que en 2024 el PIB crecerá 3 por ciento, una mejora respecto a su cálculo previo de un avance de 2.1 por ciento. El rango ahora es de 2.3 por ciento y 3.7 por ciento; mientras que en el trimestre pasado fue de 1.3 por ciento y 2.9 por ciento.
“La revisión se explica por diversos factores. Uno es la postura fiscal que ahora se tiene prevista, pero también de manera importante incide la actualización de las perspectivas que tenemos de la economía de Estados Unidos. La resiliencia que ha mostrado esta economía ha rebasado todas las expectativas que se tenían”, explicó Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora de Banxico.
En la presentación de dicho informe agregó que lo anterior implicaría una desaceleración menos pronunciada en México por el vínculo con la economía de Estados Unidos. Otros factores, dijo, son el dinamismo productivo de este año y el nearshoring.
Hacia 2025 se prevé un crecimiento por debajo del promedio histórico y cierta recomposición entre la demanda externa e interna.
En particular, el gasto interno reflejaría el esfuerzo de consolidación fiscal anticipado, al tiempo que la demanda externa cobraría mayor peso ante el mejor desempeño esperado para la economía de EU durante 2025.
A lo largo del horizonte de pronóstico, el Banxico ahondó que espera que el proceso de relocalización de empresas a México (fenómeno conocido como nearshoring) dé cierto impulso a la actividad económica, reconociendo la elevada incertidumbre que existe respecto de su posible magnitud y efectos.