El gobierno de Israel, presidido por el ultranacionalista Benjamin Netanyahu, decidió convocar a los embajadores en el país de Bélgica y España para una “conversación de reprimenda” tras las declaraciones vertidas por el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro belga, Alexander De Croo, que pronunciaron durante un acto en Rafah, Egipto, unos minutos antes de que en ese paso fronterizo se formalizara la liberación de algunos ciudadanos israelíes secuestrados por Hamas.
Este episodio abre una crisis diplomática con ambos países con motivo de los bombardeos indiscriminados del Ejército israelí en la franja de Gaza, sobre todo por los reproches de los políticos europeos por los asesinatos indiscriminados de ciudadanos y niños palestinos.
Sánchez, que viajó el pasado jueves a Israel y a Palestina por su condición de presidente de turno de la Unión Europea (UE), se encontraba hoy en Egipto, un país crucial para las negociaciones del conflicto bélico y para la delicada operación de entrega de rehenes y liberación de presos.
El mandatario español insistió durante su intervención en Rafah en que España estaba dispuesta a reconocer lo antes posible el Estado palestino y que si Europa no lo hacía también, el país ibérica lo haría por su cuenta. Pero además recordó lo que le había dicho al mandatario israelí durante su encuentro bilateral de la víspera, en un discurso público que se produjo unos minutos antes de la liberación de los rehenes.
Sánchez afirmó: “Ayer, tuvimos reuniones muy fructíferas en Jerusalén con el presidente Herzog y el primer ministro Netanyahu. Les transmití la firme condena de España a los terribles ataques terroristas del 7 de octubre. Celebré el acuerdo que permite la liberación de algunos rehenes y el establecimiento de una pausa humanitaria subrayando que el resto de rehenes deben ser también liberados. Y reiteré el derecho de Israel a defenderse pero dentro de los parámetros y limitaciones impuestos por el Derecho internacional humanitario. Y no está siendo el caso. La matanza indiscriminada de inocentes civiles, incluidos miles de niños y niñas es completamente inaceptable”.
Además, Sánchez insistió en su idea de que “la violencia sólo trae violencia. Necesitamos reemplazar la violencia por paz y esperanza”. De ahí que lanzara una iniciativa para que la “comunidad internacional, especialmente la UE, tomen decisiones sobre el reconocimiento del Estado palestino. Merecería la pena que muchos miembros de la UE lo hiciéramos juntos, pero si eso no ocurre España por supuesto tomará sus propias decisiones”.
Estas palabras provocaron la reacción inmediata de propio Netanyahu, que hizo pública su “condena enérgica de unas palabras que no responsabilizan plenamente a Hamas por sus crímenes de lesa humanidad, por masacrar a nuestros ciudadanos y utilizar a los palestinos como escudos humanos”.