El debate sobre la inteligencia artificial (IA) no es sencillo por la magnitud de los actores que pueden acceder a ella: primero fueron las empresas, luego los gobiernos y, ahora, toda la población mundial. También por sus posibles usos: se le puede pedir a la IA ayuda para hacer la lista de la compra, crear un cuadro abstracto o maximizar los beneficios de una empresa. Las fortalezas y las amenazas de esta tecnología, que ha impactado a la población gracias a la llegada de la IA generativa, han sido llevadas a debate este jueves en el segundo Foro Transformación e innovación en la era de la IA, organizado por EL PAÍS en alianza con Dell y BanBajío.
El primer saludo en el acogedor auditorio Cecilia Ocelli González del Papalote Museo del Niño lo ha dado el robot Anuva. “Buenos días y bienvenidos”, saludaba la voz virtual que ha sorprendido al público para dar paso a la primera charla del día.
¿Cómo se crea un chat de inteligencia artificial? Álvaro Martínez Higes ha explicado su experiencia personal como cofundador y CEO de la IA Luzia, un chat de WhatsApp que creó en mayo de este año y que ya usan más de 20 millones de personas en Estados Unidos, México, Colombia, Brasil, Argentina y España.
“Queríamos crear un gap [técnica para comparar el desempeño real de una empresa o persona con el desempeño deseado] entre los que usan la IA generativa y los que no”, ha explicado Hernández. La primera en probar Luzia fue la madre del cofundador. Así se dieron cuenta de la capacidad de la IA de WhatsApp no solo para ayudar en el día a día, sino para que muchas otras personas lleguen a sentir “que Luzia es una amiga”.
Dejar la IA en manos de usuarios sin ningún conocimiento sobre la misma ha sido el tema del siguiente debate, sobre como asumir la hiperdigitalización de la sociedad desde una perspectiva de derechos humanos en la que se involucren los gobiernos. Martha Peña Ceniceros, consultora en políticas públicas con especialidad en innovación, ha verbalizado los miedos de muchas de las personas que conocen la IA por primera vez: “Hay temor por perder empleos, libertades o que seamos manejados por la máquina.”
Las oportunidades, para la consultora, son mayores. Lo ejemplifica con Destination Earth, un proyecto de la Unión Europea que construyó con IA un gemelo digital de la tierra para hacer experimentos y predicciones sobre el futuro del planeta.
Moisés Sánchez, director ejecutivo de la Fundación Kamanau, especializada en ciencia, tecnología y derechos humanos, ha conectado desde Chile para explicar la mayor amenaza de la inteligencia artificial. “La información neuronal es la última frontera que tenemos para proteger la independencia de las personas”, explica Sánchez. Para cuidar a los usuarios que ya pueden interactuar con IA generativa como ChatGPT, es necesario crear un marco regulatorio, sobre todo en Latinoamérica, donde la población “asumirá un rol de consumidor de esta tecnología”, ha recomendado el ponente.
México es el quinto país de Latinoamérica con mayor tasa de adopción de la inteligencia artificial. El 40% de las empresas han aumentado su uso. Entender el valor de la IA para un negocio fue la tarea de Pablo González García, director de la línea de productos PowerEdge de Dell en Latinoamérica. “La inteligencia artificial tradicional detecta patrones, la IA generativa transforma los datos en inteligencia”, ha explicado.
González ha ejemplificado el uso en el mundo agrícola. La inteligencia artificial puede llegar a explicar cómo rotar los cultivos o cómo cuidarlos con insecticidas. “Son preguntas simples que la IA puede responder”, ha declarado el director para mostrar que la tecnología puede abarcar desde cuestiones simples a complejas.
La relación y diferencias entre los modelos estadísticos del pasado y la IA generativa en el presente ha sido el hilo conductor de Roberto Hernández de Hita, director ejecutivo de transformación digital de BanBajío. “La red de redes la vamos a reconstruir con cada cliente, para obtener una nueva cadena de valor·, ha aclarado Hernández.
El experto ha expuesto como la IA puede ayudar a medir los datos de manera más efectiva. Si una persona que trabajaba en un banco observaba que un día los retiros en efectivos en una ciudad habían disminuido al mínimo, no sabía a qué se debía sin una investigación exhaustiva. Hoy, las entradas de datos a la IA desde redes sociales, internet y la retroalimentación de la propia tecnología, permiten saber automáticamente que, ese día de bajas retiradas, se fue la luz en la localidad. Esta situación hipotética ha servido a Hernández como ejemplo para miles de procesos que la IA resuelve en cuestión de segundos.
La IA es clave para la innovación y el emprendimiento. Hernando Ortega, CEO de Laidetec, un laboratorio tecnológico que arrancó en la Universidad Nacional Autónoma de México, ha declarado que la IA va a potenciar las habilidades para emprender. “La inteligencia artificial ya está generando nuevos trabajos”, ha explicado Ortega con el ejemplo de un despacho de abogados que necesita nuevos integrantes porque la IA les ayuda a buscar y crear rapidamente estrategias para usar con sus clientes.
Su compañero de debate fue Horman Millan, fundador y CEO de Küikmatch, plataforma para el desarrollo de ecosistemas de negocios. Para él, la IA “va a acelerar los emprendimientos”, pero ve necesario identificar los retos a resolver por las nuevas empresas. “Hay que enfocar los negocios a la base de la pirámide, para solucionar problemas como la falta de agua, la nutrición de los niños o la eficiencia del transporte”, ha asumido Millan.
Y es que en la base de la pirámide hay un tema clave: el cuidado del medio ambiente. Una consulta en ChatGPT consume el triple de energía que una realizada en Google, según el Instituto de la Ingeniería de España. Mario Amador, director de la consultoría ambiental Sr. Oficina Verde, cree que la IA puede ayudar a la lucha contra el cambio climático, al sintetizar grandes cantidades de información que nos ayuden a ser más eficientes con recursos escasos como el agua o a reciclar de una manera más ordenada los residuos.
Adrián Gómez Balboa, director de medio ambiente para Latinoamérica de la empresa de soluciones sustentables Ramboll, ha destacado que aunque la IA puede generar mucha basura electrónica como microchips o baterías, “el balance se encuentra en que dé más beneficios que desventajas en la protección del medio ambiente”. Y él lo ve posible: “La inteligencia artificial podría hacer una cadena de suministro más eficiente monitorizando nuestros proveedores y nuestras entregas”. Un empresario ya puede saber cuántos litros de gasolina ha gastado para ser más eficiente, con beneficio para su negocio y el medio ambiente.
“Hemos llegado al fin de nuestro foro”, ha concluido la voz de Anuva, para terminar la conferencia en la que se puso de manifiesto la gran oportunidad que supone una de las tecnologías más controvertidas del presente y, también, del futuro.