Si bien la apreciación del peso frente al dólar es un aliado en el país en la desaceleración del nivel inflacionario, la fortaleza de la moneda nacional en este año ha beneficiado en mayor medida a las entidades de la frontera norte de México.
Lo anterior debido a su ubicación geográfica, con la cual tienen una relación más directa con los estados de la Unión Americana y, por ende, las economías fronterizas se “dolarizan”, siendo más susceptibles al comportamiento del tipo de cambio.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de las 32 entidades del país, solamente nueve registraron en octubre pasado una inflación anual dentro de la meta del Banco de México (Banxico), de 2-4 por ciento.
En dicho grupo de estos estados se encuentran los seis de la frontera norte de México: Nuevo León (3.56%), Baja California (3.70%), Coahuila (3.70%), Sonora (3.82%), Chihuahua (3.96%) y Tamaulipas (3.98 por ciento).
“La aparición del fenómeno conocido como la apredeflación (apreciación del peso y baja de la inflación) en las ciudades fronterizas se presenta actualmente al coexistir una creciente apreciación del peso mexicano a niveles mínimos y la reducción de los precios en los últimos meses ininterrumpidamente, con deflación en los energéticos”, aseguró Jorge Lera, investigador de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Explicó que el promedio del tipo de cambio en la frontera norte es menor respecto al resto del país, es decir, el dólar es más barato debido a que a nivel nacional la dolarización es tardía, rozando los 17.20 pesos (contra los 18.08 pesos en octubre del FIX, con una apreciación de 9.5% anual).
Lo anterior, dijo, mejora el poder adquisitivo de los mexicanos que viven en la frontera si compran en territorio estadounidense, al tener más dólares por menos pesos, “pues los estados del sur de la Unión Americana son plazas espejo”.
Esta dinámica ocasiona que los ciudadanos de México adquieran productos en Estados Unidos, desincentivando la demanda en territorio nacional y como consecuencia la inflación se mantiene estable.
Cabe recordar que en la frontera norte las gasolinas, diésel y gas LP son 20% más baratos que resto del país, y el salario mínimo superior, actualmente en 312.41 pesos diarios”, ahondó Jorge Lera.
“El poder adquisitivo en las ciudades fronterizas, gracias al mayor nivel del salario mínimo, que tiene una media de 3 a más salarios en los operadores de las maquiladoras; el mejor posicionamiento del peso frente al dólar, y los menores costos de combustibles, provocan un efecto deflacionario en el INPC fronterizo”, detalló.
A todo esto se suma que la apreciación del peso frente al dólar impacta directamente en la importación de mercancías no alimenticias, abaratando los costos de producción.
Vocaciones
Las otras entidades que se ubicaron dentro del objetivo del banco central durante octubre pasado fueron: Estado de México (3.33%), Ciudad de México (3.83%) y Baja California Sur (3.88 por ciento).
En el caso de las dos primeras, son las economías más grandes del país, cuyo sector logístico, particularmente en la articulación de vías de comunicación para las cadenas de proveeduría, les permite “jugar a un control e precios”. En el territorio mexiquense también influye que es uno de los motores manufactureros.
Mientras en Baja California Sur, su cercanía con Estados Unidos le beneficia en la dinámica de la apreciación del peso, aunque más enfocado al sector turístico, agregándose que “hay una tendencia de proveer a ciudades turísticas con precios de preferencia de transporte en las cadenas de suministro”, señaló el académico de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
El otro extremo
Al otro extremo, se observa que algunas entidades de la región sur-sureste del país registran altos niveles inflacionarios, destacando Yucatán con la tasa anual más elevada del país (6.24% en octubre).
En las primeras posiciones también encontramos a Chiapas (4.61%), Quintana Roo (4.70%) y Campeche (5.35 por ciento).
Para Joana Chapa, directora de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo León, la construcción del Tren Maya posiblemente es una de las causas que explica que los estados del sur del país enfrentan tasas de inflación mayores a 4% anual.
Expuso que una obra de este tipo requiere de una importante cantidad de trabajadores, así como de insumos intermedios, tales como varilla, cemento, entre otros.
“Según datos del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, en las primeras cinco etapas del Tren Maya se contrataron a más de 100,000 trabajadores. Esto definitivamente generó una expansión en el ingreso y el gasto en bienes de consumo y servicios en el sur del país, lo cual, en el corto plazo, provoca alza en los precios y por ende, una inflación elevada”, puntualizó la especialista.
Adicionó que la mayor demanda de insumos intermedios, como varilla y cemento, por la magnitud de la obra, puede provocar una escasez relativa de estos productos y, con ello, incrementos en sus precios.
“Esto a su vez, aumenta los costos de producción y los precios de bienes y servicios que los utilizan como insumo, como, por ejemplo, la vivienda”, expresó Chapa Cantú.
Sobresale que las entidades que mostraron la mayor aceleración en su inflación fueron: Chiapas, de 4.29% en septiembre a 4.61% en octubre (alza de 0.33 puntos porcentuales), y Guerrero, de 4.32 a 4.56% (0.24 puntos).
“Esto se debe a que estos estados no son autosuficientes en producción de actividades primarias, y menos de industriales, además de que son entidades dependientes tanto de proveeduría como de recursos federales”, concluyó Jorge Lera.